En un informe de la ONU, este organismo admitió haber fracasado en salvar a miles de musulmanes bosnios de una matanza a manos de los serbios en 1995 debido a errores, juicios equivocados y, en palabras del secretario general Kofi Annan, a una "incapacidad para reconocer la dimensión del mal que enfrentábamos".
Los fiscales habían pedido cadena perpetua para cada uno de los ocho cargos contra Krstic, la pena más estricta propuesta hasta la fecha. Al ex general se le acusaba de genocidio, crímenes contra la humanidad y violaciones de las leyes y normas de la guerra.
A partir del 11 de julio de 1995, pocos meses antes del fin de la guerra de tres años y medio, las fuerzas serbobosnias arrasaron la ciudad oriental de Srebrenica, que había sido designada zona protegida por la ONU. Cuando terminó la carnicería, cerca de 8.000 personas habían desaparecido. Posteriormente, los restos de unas 2.500 personas aparecieron en fosas comunes.
El tribunal determinó que aunque el general Radislav Krstic probablemente sólo obedecía órdenes de matar a hombres y deportar a mujeres y niños, igual debe ser considerado como responsable de genocidio.
Krstic, quien se declaró inocente después de ser capturado por tropas de la OTAN en diciembre de 1998, es una de las figuras militares de más alto nivel que han sido llevadas ante el tribunal. Era un subordinado directo del comandante militar de los serbios de Bosnia, Ratko Mladic.
Mladic y el líder serbobosnio Radovan Karadzic están también acusados de genocidio por la matanza de Srebrenica. Ambos son los fugitivos más buscados por la justicia internacional después del traslado del ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic a La Haya en junio.
La condena más dura que había impuesto esta corte hasta la fecha fue al general bosnio-croata Timohir Blaskic, sentenciado a 45 años de prisión por acusaciones que incluyeron crímenes contra la humanidad.
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