Según los estatutos del Tribunal Especial iraquí, que debe juzgar los crímenes cometidos bajo el régimen de Saddam y cuya creación fue anunciada el 10 de diciembre; debe organizar los tribunales de justicia y de apelación, así como el ministerio público. Tendrá que crear la infraestructura del tribunal, reciclar y adaptar edificios, seleccionar y compulsar los antecedentes de los candidatos a ocupar los cargos de jueces y fiscales y, como si esto fuera poco, garantizar la seguridad de sus miembros.
Hasta el momento se han asignado siete jueces al tribunal, pero se elegirán más magistrados. Sus nombres son mantenidos en estricto secreto, por temor a que sufran atentados contra sus vidas. Al respecto Chalabi indicó que para el ejercicio 2004-2005 tiene un presupuesto de 75 millones de dólares procedentes de la ayuda norteamericana a Irak, para destinar.
El tribunal especial deberá fallar basándose en el derecho iraquí, pero también en el derecho internacional, para los crímenes de lesa humanidad, que no están reconocidos en el Código Penal de Irak. Delitos como el asesinato, la violación y la tortura serán juzgados según el Código Penal iraquí, que data de 1969, reformado en junio de 2003 para quitarle la pena de muerte y los artículos introducidos bajo el antiguo régimen de Hussein.
Su categoría de prisionero de guerra, acusado de violaciones a los derechos humanos, incluida la tortura, podría eventualmente otorgarle más derechos que a un criminal de guerra, por lo que Chalabi ha dicho que cree que esta categoría será cambiada a la de criminal de guerra antes de que comience el juicio.El ex presidente Saddam Hussein se encuentra en poder de la coalición liderada por Estados Unidos, desde su captura en Tikrit, el 13 de diciembre del año pasado. Por el momento no se fijado una fecha para el juicio, pero expertos estiman que podría demorar más de un año que el ex lider iraquí se siente en el banquillo. El juicio sería abierto al público, algo que muchos han estado esperando, ya que Hussein podría revelar la extensión de sus conexiones con antiguos funcionarios estadounidenses durante sus 24 años en el poder.