AL VER VERÁS. Esta manera de hacer política –debajo de las polleras de la señora de ojos vendados- marca típicamente a la Argentina. Es por eso que el fuerte rechazo a la extradición de Menem que hizo la corte trasandina, aquí sonó como de otro planeta. Si los jueces hubieran sido locales, muchos piensan que otro hubiera sido el cantar. Esta semana Kirchner intuyó que esta mezcla de política con justicia es como jugar al truco con cartuchos de dinamita en vez de porotos, y aunque leyó “política” en las acciones de Stornelli, eso mismo era lo que hubiera hecho cualquier fiscal por el solo hecho de serlo. La movida tribunalicia coincide con el momento en que la espada de Gustavo Béliz, se propone cual vengador anónimo, cortar de cuajo el poder acumulado por estos años por los muchachos (y la chica) de federal. Así ahora a Galeano, que desde hace rato está en la mira de Doña Cristina, se le creó, de la nada, el espacio del contraataque. Como siempre sabemos, no hay mejor defensa. Así como Oyarbide tiene hace rato al spiedo la causa por el supuesto complot contra Fernando de la Rúa, con la hoy ya añeja hipótesis de Ruckauf, Duhalde y compañía en el papel de los chicos malos; ahora el ex juez del caso AMIA, se erije en el interlocutor de sus colegas con el poder. El examen en el Consejo de la Magistratura en materia de fuero federal, cuenta la leyenda, además de contar con un concurso de antecedentes y de oposición, está también compuesto por una prueba que no es para cualquiera: siempre hay que preparar un buen asado, sobre todo debajo del agua. Muchos especulan en que el apuro por licuar al fuero federal –de comprobada volatilidad- en un mega fuero penal porteño, reside en que en algún momento, desde el gobierno, empiecen a surgir denuncias contra funcionarios de la corta gestión del presidente Duhalde. ¿Qué pasaría si ahora salen a la luz las tan comentadas carpetas azules que ojos de algunos compañeros vieron estratégicamente exhibidas como al pasar en el escritorio presidencial? Seguramente generaría un inmediato y conveniente respaldo de la dirigencia bonaerense, por cierto multitudinaria en las cámaras legislativas, que garantice la tranquilidad para ambos: duhaldismo y federales. Algunos piensan que el apremio de Béliz en lograr la reforma de los fueros, que no fue pedida por Blumberg, pero que le cargaron en su mochila como peludo de regalo, está urgida por la necesidad de desarmar un frente posible de cohesión en contra de los intereses del poder K.
APLAZADOS. Los integrantes de la Comisión de Selección del Consejo de la Magistratura están estudiando tomar una decisión casi histórica en materia de concursos para cubrir las vacantes existentes en el Poder Judicial. Parece ser que están pensando en declarar desierto el concurso destinado a cubrir una silla en el Tribunal Federal de Santiago del Estero a raíz de que promedio de los aspirantes en los exámenes de oposición arrojó un magro 3.70, lo que sorprendió a los integrantes del cuerpo. Ni juntando los antecedentes se podría mejorar el número –están como la selección de Bielsa-, además, muchos se preguntan si sería justo que candidatos que no lograron una buena preformance en la oposición se vean beneficiados por la acumulación de certificados de sus actividades académicas. El estudio del concurso está a cargo de la subcomisión integrada por Luis Pereira Duarte, Bindo Caviglione Fraga y Juan Gemignani, quienes tienen pensado proponerle a sus pares que se declare desierto el concurso ya que consideran que, en su gran mayoría, el nivel de los aspirantes es demasiado pobre como para que puedan llegar a ser jueces de un Tribunal Oral. Desde un sector del Consejo se sostiene que en el seno de la Comisión de Selección existe la convicción de cerrar el trámite, pero al parecer el abogado Beinusz Szmukler no estaría tan de acuerdo con sus pares, y pretende que el concurso se siga tramitando contra viento y marea. Su postura se basa en que no se puede dejar concursos sin resolución con la cantidad de vacantes que existen. El curioso caso será materia de debate en las próximas semanas dentro de la Comisión de Selección y de prosperar el intento, marcaría un hecho sin precedentes y muy preocupante.