En ese sentido, el presidente de la ONG, Alejandro Carrió, manifestó que si “el presidente Néstor Kirchner aprovecha esa oportunidad que se le presentó con la renuncia de Vázquez podrá romper con una tradición política que debilitó la consistencia institucional de ese ámbito del Poder Judicial”, por el aumento del número de ministros durante el gobierno del ex presidente Carlos Ménem.
Según Carrió, aquella ampliación de la cantidad de jueces fue justificada en la necesidad de mejorar el funcionamiento del tribunal, lo que –opinó- “nunca se logró”, porque las estadísticas de la misma Corte muestran “un mayor retardo en la resolución de causas a partir de aquel momento”.
Al respecto explicó que desde su asunción, Kirchner cubrió tres vacantes con las designaciones de Eugenio Zaffaroni, Elena Higton de Nolasco y Carmen Argibay. Este nuevo presidente, explicó ya tuvo ocasión de nombrar a un tercio de los miembros del Tribunal y analizaron que en caso de que no se reduzca el número de miembros de la Corte, y se cubra la vacante generada por la renuncia de. Vázquez, habrá nombrado a cuatro de nueve jueces, lo que entendió como casi una nueva mayoría propia.
Además, remarcó que en cualquier país que se crea serio es “inconcebible” que un presidente pueda nombrar a cuatro miembros de los máximos tribunales de justicia y por eso remarcó que en este caso Kirchner se podría abstener de nombrar a alguien.En esa línea, analizó que la realización de nuevos nombramientos podrían ir en desmedro de los avances que se produjeron a favor de recuperar la legitimidad de la Corte y podría contribuir a lesionar la confianza de la sociedad en la independencia del Máximo Tribunal.
Para el presidente de la entidad, la Nación podría continuar con el espíritu de autolimitación que originó el decreto 222/03, absteniéndose de nombrar nuevos jueces y marcaron que es una oportunidad especial para contribuir a la reconstrucción de la independencia de la Corte Suprema.