Durante su descargo, que ya se anunció continuará mañana a las 11.00, Galeano negó haber recibido presiones por parte de Munir Menem, hermano del ex presidente, para direccionar la investigación por el atentado.
En ese sentido, afirmó que en ningún momento Munir Menem le pidió telefónicamente que evitara investigar a Kanoore Edul, un comerciante sirio que en cuya agenda fue hallado el nombre de Moshen Rabbani, uno de los principales sospechados por el atentado.
En esa línea, sostuvo que es falso decir que él no investigó la denominada "pista siria", y aseguró que la analizó en profundidad y que en ningún momento la descartó durante la instrucción.
Además, el juez rescató la investigación realizada por agentes de la SIDE, mediante la cual pudieron establecer que la camioneta utilizada como coche estuvo estacionada en cercanías de la facultad de Medicina, antes del atentado.
Si bien aseguró que tuvo que sortear muchos obstáculos, terminó por admitir, que "todos los organismos" de seguridad a los que pidió colaboración le dieron sus respuestas.
También atacó duramente a Guillermo Gordo, integrante del TOF Nº 3 cuando deslizó que éste ingresó en forma sospechosa al Tribunal y que en verdad se había autopropuesto cuando, el camarista Carlos Allende decidió desistir de participar del juicio oral y público por motivos de salud.
Los cuestionamientos a Gordo no quedaron ahí, ya que comentó que el camarista intervino en un caso de gatillo fácil: la masacre de Villa Albertina, en donde sobreseyó a todos los policías imputados, que paradójicamente eran de la Brigada de Lanús, algunos de los cuales luego fueron hombres de Juan José Ribelli, uno de los imputados que tuvo la investigación que hizo Galeano sobre la conexión local que participó del atentado.