Por el momento la defensa presentará a fines de esta semana –con seguridad el viernes o, a más tardar el lunes en dos primeras horas- el recurso extraordinario de apelación ante la Cámara de Senadores -que de ser rechazado abrirá el recurso de queja ante la Corte Suprema-. Según Sancinetti, el recurso contiene similares agravios a los que ya se habían presentado, y algunos nuevos.
Entre estos últimos se destacaron distintos vicios sucedidos entre la suspensión de Boggiano y la sentencia de destitución por parte del Senado. Señalaron la grave violación al principio del debido proceso que se verifica, a su entender, en la negativa de la Cámara Alta en permitir que se realizara la declaración testimonial de los demás ministros de la Corte y del ex procurador Nicolás Becerra.
Consideran que también configura una violación al mentado principio del debido proceso, la negativa de los senadores a tomar declaración indagatoria a Antonio Boggiano, para que tuviera la posibilidad de contestar preguntas de los jueces y así defenderse personalmente y ser oído.
Con respecto a la sentencia que terminó por destituir al magistrado, señalaron que la misma está afectada por distintos vicios, a saber, la integración del tribunal, las ausencias sin causa justificada, el modo en que se computaron las mayorías en el Senado, -que para Boggiano y sus abogados, no llega a los dos tercios requeridos para un pronunciamiento-.
Por su parte, Sancinetti arremetió duramente contra el dictamen del Procurador de la Corte en el anterior recurso, al decir que Esteban Righi habría “errado en su dictamen”, dado que el tema sí configura la “gravedad institucional”. Además, el abogado defensor aclaró que mientras no esté firme la sentencia, Boggiano “sigue siendo ministro de la Corte Suprema”.
A su turno, fue Boggiano quien expresó sentirse en funciones y a la espera de las decisiones que se adopten, asegurando que las respetará. También agregó: “asistiré de modo normal y sin originar ninguna conflictividad al próximo acuerdo de ministros”. Aclaró que está en condiciones de firmar fallos –aunque desde la suspensión no lo ha hecho-, para lo cual habló con todos los ministros del tribunal, reiterando que ante todo pretende respetar la autoridad suprema de la Corte y su intención de evitar la conflictividad.
También destacó que se encuentra en el cargo desde hace 15 años, y que su actuación siempre ha sido de un perfil público muy bajo, “pero tengo obligación de informar al país mi posición en la Corte”, agregó.
Al ser consultado acerca de los trascendidos en cuanto a un pacto entre el gobierno y el ministro, en el que al parecer le habían asegurado que no tenía necesidad de renunciar porque no iba a ser destituido, Boggiano no quiso hacer declaración alguna.
Por último, ante la exepcionalidad de la situación analizada, cabe preguntarse cual será la suerte de las resoluciones que firmará el juez Boggiano, ya que las mismas podrían verse atacadas por planteos de nulidad una vez que finalizara el proceso de destitución. El tiempo dirá cual será el final de esta intrincada historia.