Carmen Fernández se quedó sin sus hijos, Iván y Sara, en 1996 cuando la Justicia los entregó en custodia a una familia por los problemas de alcoholismo de su mamá. Diez años después la Justicia fija una millonaria indemnización por daño moral, revocando la suma de 72.000 euros que se había establecido en primera instancia.
Recuperada de sus problemas con el alcohol, Fernández luchó judicialmente para recuperar a sus hijos y en todas las instancias le dieron la razón, basándose en los informes médicos que daban cuenta de su rehabilitación, pero el juez de menores no acataba las resoluciones. Todo esto hasta que el caso llegó a la Audiencia provincial que ordenó el regreso de Iván y Sara, que al momento de separarse tenían cuatro y cinco años respectivamente, con su madre.
Según reprodujo el diario ABC de España, la sentencia califica como un “largo y tortuoso calvario” lo que durante 10 años tuvo que vivir Fernández. También el fallo descalifica lo actuado por el juez de familia y las autoridades de Asuntos Sociales en Andalucía quienes han “ignorado y pisoteado” los derechos de los hermanos. Los magistrados también calificaron a todo el proceso como “absurdo”.
Sobre el quantum indemnizatorio la Audiencia rechazó por inadmisible los 72.000 euros que primero le habían otorgado a Fernández. La suma se había calculado a partir de las indemnizaciones otorgadas por las compañías de seguros para víctimas de accidentes de tránsito. Pero la audiencia rechazó ese criterio y se basó en los montos otorgados a personas indebidamente privadas de la libertad.
Además, los jueces tuvieron en cuenta el sufrimiento de la madre que se tradujo en dos enfermedades que le provocaron la situación: depresión y cáncer, “padecimientos que son consecuencia directa o indirecta del sufrimiento soportado durante casi diez años”, señala el fallo.
Otro elemento tenido en cuenta por la Audiencia fue la expectativa con la cual la madre aguardó la resolución del proceso judicial.