El hecho tiene ribetes impensados. Todo fue planeado por Plascencia y Ayala cuando un compañero de trabajo de él perdió el dedo haciendo sus tareas y se lo compraron a 100 dólares. Inclusive la pareja le contó sobre sus planes y le prometió 250.000 dólares por mantener el secreto.
"La codicia y la avaricia se apoderaron de esta pareja, y perdieron su brújula moral", dijo el juez Edward Davila en su sentencia según informó la agencia Reuters. Inclusive los investigadores advirtieron que este no fue el primer caso en el que Ayala presentó denuncias contra empresas en su nombre o en el de sus hijos.
La farsa duró poco. Las autoridades de la empresa de comidas rápidas advirtieron que el dedo no estaba cocinado, por lo que la coartada comenzaba a caerse. Sin embargo, la extorsión le salió cara a Wendy´s: como el caso tuvo una amplia repercusión mediática las perdidas económicas de la empresa alcanzaron los 2,5 millones de dólares.
En sus sentencia el juez agregó que “los delitos cometidos por los acusados han hecho un daño inconmensurable a la imagen de Wendy´s, no sólo en el norte de California sino en todo el país".
Por eso, además de los años en prisión, la Justicia los condenó a indemnizar a Wendy´s con 22 millones de dólares. Sin embargo la cadena de comidas rápidas dijo que sólo iba a aceptar 177.000 dólares como compensación que fue la cantidad de dinero en salarios perdidos por los empleados debido a la baja de las ventas.