Tres empleados de Coca Cola que terminaron presos por haber intentado venderle los secretos de una nueva bebida a la eterna rival, tenían previsto testificar este jueves ante un juez de Atlanta. La maniobra, que ya se transformó en un escándalo mundial, fue denunciada por los directivos de Pepsi, quienes le advirtieron a la cúpula de Coca Cola sobre las intenciones de los empleados deshonestos, cuya detención se produjo este martes con la intervención del FBI.
Un agente de esa fuerza fingió intervenir en la negociación, filmó y grabó los intentos de las tres personas de volverse ricos con los secretos de Coca Cola . El oficial del FBI pagó 1,5 millones de dólares en cheques escondidos en una caja de bizcochos y recibió los secretos en una bolsa de la marca textil Armani, con documentos y una botella de la nueva bebida, con una etiqueta blanca.
Una vez concretadas las detenciones, Pepsi difundió un comunicado explicando que obró “como lo haría cualquier empresa responsable”. “La competencia puede ser intensa, pero también debe ser correcta y legal”, agregó.
Por su parte, Coca Cola se apresuró a decir que los documentos en cuestión no incluían la “fórmula” de la bebida gaseosa más famosa del mundo, receta que es uno de los secretos industriales mejor guardados del mundo.
Los empleados de Coca Cola involucrados en el caso son Joya Williams, de 41 años, ejecutiva de Coca-Cola y con domicilio en Norcross, Georgia; Edmund Duhaney, de 43 años y de la ciudad de Decatur, Georgia, e Ibrahim Dimson, de 30 años y con residencia en Nueva York.
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