¿Cómo ve, desde la perspectiva médica, el estado de la relación actual entre la Medicina y el Derecho?
Aquí se da una tremenda ironía y contradicción, derivada esencialmente de lo que yo doy en llamar la de-formación universitaria. Si bien esta relación debería ser de integración y complementación, por los múltiples puntos de contacto entre ambas disciplinas, tomando en cuenta, por ejemplo, que la existencia visible de una persona inicia y termina con dos certificados médicos, de absoluta importancia jurídicolegal, lo cierto es que en la formación de pregrado, no se le transmite al futuro médico que la ley y la justicia deben ser conocidos e integrados al quehacer asistencial, como un complemento protector y enriquecedor de la praxis médica. En cambio, y ante la ignorancia, se vive lo legal con temor, especialmente al juicio de responsabilidad, mal llamado de mala praxis, porque este término presupone culpa médica, hecho que hay que demostrar mediante el debido proceso.
¿Por qué se ha llegado a esta situación de conflicto presente?
En mi opinión, confluyen elementos de ambos lados, tanto desde el sector de los médicos como el de los abogados. Hablando del primero, es absolutamente incuestionable que la calidad de formación médica ha descendido dramáticamente en la Argentina, y que esta situación pone al flamante profesional casi en lo que podríamos llamar un estado de indefensión, con desconocimiento de sus obligaciones y derechos frente al enfermo. Por otra parte, la pauperización de los honorarios profesionales y la sobreabundancia de gerenciadoras, han hecho que el médico de práctica privada sea hoy día una ”rara avis in terra”porque las mutuales son dueñas y señoras, abonando al profesional valores con los que resulta imposible sobrevivir dignamente, si no se tienen por lo menos, dos o tres trabajos simultáneos. Ese prodigarse yendo y viniendo de hospitales a clínicas, y de clínicas a consultorios, desciende la calidad de vida del médico, y lo expone claramente al burn out.
¿Podría explicar esto, doctor Mega?
Sí. El burn out, o sindrome de chamuscamiento, en una mala traducción, es un complejo estado psicológico y físico en que el médico arriba a un estado de desmotivación, depresión y estrés crónico, con fastidio por la tarea que eligió para toda su vida. Esto, indudablemente, deteriora la relación médico-paciente, cosa que éste último advierte, es la base para la producción de inexplicables errores médicos en diagnóstico y tratamiento, y, claro está, es la semilla de una inminente demanda contra el profesional, por impericia, imprudencia o negligencia en su accionar. Existe, y esto no es una opinión profesional, un auge incuestionable de la industria del juicio contra médicos, y esto puedo certificárselo, luego de veinte años de trabajo en la Justicia, con demandas que en muchos casos no tienen mayor asidero, pero que se producen, esencialmente, por la ruptura de la relación de confianza del paciente con su médico. Lo irónico en esto es que según nuestros registros, del 100% de juicios contra médicos, el porcentual de efectiva condena civil o penal, llega solamente al 5%, pero el 100% de esos profesionales sufre el síndrome judicial.
¿Qué es el síndrome judicial?
El síndrome judicial es una constelación de signos y síntomas que exacerban el burn out antes referido. Ahora, con una demanda en su contra, el médico debe buscar un abogado, pasar horas en Tribunales, abonar una cantidad de dinero en su defensa, con una preocupación y una vergüenza permanente, que lo desmotiva y lo deprime. En muchísimos casos, sufre depresión, crisis personales y llega a distanciarse de sus colegas, amigos y hasta de su propia familia. Se han registrado suicidios de médicos y otros han desarrollado complicaciones físicas, especialmente cardiovasculares, con muertes prematuras debido al estrés crónico. Otros tanto, deciden efectivamente abandonar la práctica profesional y dedicarse al comercio, o a otras actividades laborales, y la sola mención de situaciones de responsabilidad médica les genera una intenso malestar anímico, propio de los síndromes por estrés postraumático. Hemos podido verificar que en muchos médicos, fallecidos por este síndrome, se ha visto que el final del proceso que se les seguía finalizó sin que se les encontrara culpa alguna, pero bueno, por causas de fuerza mayor, no pudieron notificarse en el expediente. Ud. sabrá, seguramente, que la expectativa de vida en la Argentina, de un hombre es de 72 años, y de una mujer, de 75. En cambio, la expectativa de vida de un médico, es de 57.8 años. Algo insalubre, ¿no cree?
¿Cambiando de tema, doctor, qué puede decir de la relación entre Psiquiatría y Derecho?
Nuestros dos principalísimos códigos de fondo, el Civil y el Penal, tienen muy importantes artículos en los que se requiere indefectiblemente la participación de la ciencia psiquiátrica. Es por ello, que desde 1992 debió producirse en el Cuerpo Médico Forense una profunda reestructuración de tareas, que llevó a que los psiquiatras nos dediquemos exclusivamente a temas psiquiátricos, y ya no a todos los temas médico legales. Por ello, todo lo atinente a internaciones psiquiátricas, insanias, capacidad para testar, capacidad para delinquir, estados de inconsciencia y ley de drogas, por tomar sólo algunos capítulos, es de órbita de la opinión del psiquiatra forense, en una tarea singularmente dura, básicamente, porque la actitud del examinado no es la actitud del paciente de consultorio, y porque existen, todos los días, cuadros de simulación y disimulación de la enfermedad mental. La opinión del perito psiquiatra es de suma gravitación para las decisiones del Juzgador, pero siempre es importante recordar y poner en su lugar, que somos sólo auxiliares de la Justicia, porque el juez es siempre el perito de peritos.
¿Los informes periciales psiquiátricos, no son a veces confusos, o difíciles para entender, para la gente de derecho?
Bueno, necesariamente, los psiquiatras forenses debemos expedirnos en términos científicos. No obstante, todos los esfuerzos son hechos, especialmente en las llamadas Consideraciones Médico Legales, de manera tal que tanto los magistrados, como los letrados de las partes, puedan interpretar cómo ha sido el derrotero del pensamiento del profesional interviniente, para arribar a una conclusión determinada. Eso genera la posibilidad de algo que estimo muy importante, que es la discusión y el pedido de aclaraciones de cualquier informe pericial. Por otra parte, quiero comentarle que en estos momentos, los colegas que forman el cuerpo de psiquiatras forenses son los de máxima calificación profesional, por lo que tanto la Justicia, como el cuerpo de letrados argentino, puede contar con ellos en el sentido del máximo respaldo y seriedad científica. Al mismo tiempo, es importante saber que la misma naturaleza de algunos fenómenos psíquicos es tan cambiante, que las mismas conclusiones sobre una misma persona pueden cambiar, de tiempo en tiempo, y que una mínima proporción de casos, al no existir suficiente seriedad en la información disponible, sencillamente nos vemos impedidos de informar responsablemente sobre lo requerido por el magistrado interventor.
Ahora bien, Dr. Mega, ¿qué es esto de “Psiquiatria Forense por Psiquiatras Forenses¨”el Curso que inicia el próximo miércoles 6 de septiembre?
Bien, se trata de una iniciativa académica con idea original de Millennium, una ONG sin fines de lucro, que ha contado con el amable auspicio de la Asociación de Magistrados y de vuestro prestigioso Diario Judicial, destinada a poder transmitir, especialmente a los hombres del Derecho, ya sea pertenecientes al Poder Judicial o en la práctica privada, el pensamiento psiquiátrico legal de los profesionales que integramos el Cuerpo Médico Forense de la Justicia Nacional, a cargo del Decano Académico Prof. Dr. Víctor Poggi. En este aspecto, Ud. conoce que este organismo es la instancia de decisión médica judicial más importante de la Argentina, y sus profesionales, son los de máxima experiencia y capacitación médico legal. Es por ello, a partir del hecho incontrastable de que la opinión psiquiátrico forense es cada vez más requerida por los distintos fueros, y dado que en muchas oportunidades, los casos sobre los que opinamos tienen gran repercusión judicial y hasta en la opinión pública y los medios, fue que quisimos exponer en un ámbito académico, pero con lenguaje accesible, cómo se observa un fenómeno psíquico, cómo se lo describe y cómo se lo valora.
¿Qué puede aportar este Curso a los letrados que trabajan en el Fuero Civil?
Muchísimo. El fuero Civil, tanto en temas de competencia de Familia como Patrimonial, concentra un enorme trabajo en el grupo de psiquiatras del Cuerpo Médico. Afortunadamente, contamos entre los expositores lo que yo he dado en llamar un “dream team” de psiquiatras forenses, porque realmente son los de experiencia más intensa y prolongada en el duro trabajo pericial. Sin ir más lejos, nuestra experiencia en la ley de internación psiquiátrica 22914 es vastísima, con situaciones muy complejas que han sido exitosamente resueltas por los colegas, como también en los casos de abandono de persona y violencia familiar. Paralelamente, son incesantes los planteos sobre capacidad, inhabilidad e incapacidad civil de causantes, donde se nos requiere de continuo a veces opiniones retrospectivas, incluyendo sobre personas fallecidas hace largo tiempo. Por último, el tema de daño psíquico, fuente común de reclamo judicial, es una especialidad que será abordada particularmente.
¿Y en el Fuero Penal?
Bueno, si me permite una disgresión, esa es, como se diría en un buen restaurant, la especialidad de la casa. La experiencia en situaciones complejas penales y su eficiente resolución ha sido una marca distintiva del accionar del Cuerpo Médico Forense, y sus profesionales tienen una muy alta estima y consideración por su trabajo. Partiendo del tema de Responsabilidad Profesional, por el que somos consultados habitualmente, se revisarán temas sobre procedimientos en la ley de drogas 23737, los denominados estados de inconsciencia, las causales correspondientes al art. 34 del C.P., junto con el análisis de la emoción violenta y una especialísima disertación sobre el delito sexual, en todas sus variantes, teniendo en cuenta los roles de agresor y agredido. Dada la alta casuística que hemos tenido, obviamente, se enriquecerán las disertaciones con la experiencia concreta pericial de cada disertante.
¿Qué otros temas de interés se tocarán en este “Curso de Psiquiatría Forense para Psiquiatras Forenses”?
Se abordarán los temas de psiquiatría en el área laboral, haciendo énfasis en dos capítulos muy significativos: las incapacidades por causales psiquiátricas derivadas del tema del trabajo, y por otra parte, del mobbing, un conflicto absolutamente actual y candente, del cual se habla mucho pero pocos saben. Además de esto, y pasando al fuero de la Seguridad Social, se ilustrará a los participantes con los conceptos más actuales sobre incapacidades psiquiátricas, haciendo una revisión crítica de los baremos en vigencia, y sobre el trabajo de las Comisiones Médicas en dichas evaluaciones.
¿Quiere agregar algo más, Dr. Mega?
Sí, quisiera felicitar a Diario Judicial por ser líder en auspiciar un evento de esta naturaleza, único en su tipo, a la vez que agradecer este espacio de opinión y su apoyo, como así también el de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, cuyo Presidente, el Dr. Miguel Ángel Caminos, nos alienta y estimula en esta tarea de la difusión del conocimiento y de eliminar barreras entre el Derecho y la Medicina. Nuestro objetivo es crear puentes firmes entre los hombres del Derecho y los hombre de la Ciencia Psiquiátrica, porque en resumen, estamos abordando, unos y otros, los conflictos del hombre, con sus derechos, por un lado y con sus aspectos psíquicos, por otro, y éstos se entrecruzan durante toda su vida.
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