La Corte Suprema de Justicia de Ecuador destituyó a tres de sus magistrados que se vieron envueltos en un escándalo de corrupción. Mientras tanto, el fiscal subrogante Jorge Cadena ordenó el inicio de una investigación contra los jueces destituidos, por los delitos de concusión y cohecho.
El presidente del máximo tribunal ecuatoriano, Jaime Velasco, explicó que 28 de los 31 miembros de la Corte decidieron la destitución de los jueces Alfonso Zambrano, quien pocas horas antes renunció a su cargo de manera irrevocable, José Robayo y Eduardo Franco Loor. Todos fueron acusados de pedir dinero a cambio de un fallo que absolvería a un político procesado por injurias.
Tras una reunión extraordinaria, que se desarrolló a puertas cerradas, Velasco manifestó que los tres jueces "han incurrido en faltas graves en el cumplimiento de sus deberes, por lo que han perdido la probidad notoria, característica esencial un administrador de justicia".
No obstante, aclaró que Zambrano fue destituido “por su vinculación en los hechos denunciados” y que Robayo y Franco Loor fueron removidos “por su silencio y actitud” frente al caso.
El escándalo comenzó cuando la televisión local difundió un video según el cual un hijo de Zambrano -que dejó el país rumbo a Perú- pidió 500.000 dólares al ex diputado Hernán Borbúa para que su padre y los otros dos jueces lo declararan inocente en un juicio que enfrenta por una querella por presuntas injurias.
En el marco del juicio contra Borbúa, los jueces resolvieron en primera instancia que este último deberá cumplir 20 meses de cárcel y pagar una indemnización de cinco millones de dólares, lo que debe ser ratificado o rechazado por la Corte.
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