Este es el segundo juicio que se realiza contra los profesionales. El primero, en 1994, también los condenó a la pena de muerte pero la sentencia fue anulada el año pasado por la Corte Suprema al considerar que hubo fallas en el proceso y ordenó un nuevo juicio. El abogado de los condenados adelantó que apelará el veredicto.
Las acusaciones contra los médicos son por la infección con el virus del HIV de 426 menores de edad en el hospital de Benghazi, hechos por los que ahora los responsabiliza la Justicia. La agencia Reuters citó al médico francés Luc Montagnier, quien detectó por primera vez el virus en los menores, y dijo que la infección se había producido un año antes de la llegada de los médicos a Libia.
Desde el gobierno de Bulgaria señalaron que el motivo de la infección de los menores es por malas condiciones de higiene en el hospital. “Condenar a personas inocentes a muerte es un intento de encubrir a los verdaderos culpables y las verdaderas razones por el brote de sida en Benghazi", afirmó Georgi Pirinski, presidente del parlamento búlgaro.
"El presidente de la Comisión Europea José Manuel Barroso y la Comisión Europea están anonadadas por el veredicto", dijo por su parte el portavoz de la Unión Europea, Johannes Laitenberger.
Por su parte, Anmistía Internacional le pidió a las autoridades de Libia que no llevan a la práctica el fallo. “La condena a muerte es el castigo más cruel, degradante e inhumano y, en este caso, ha sido impuesta tras un juicio extremadamente injusto”, expresó la ONG a través de un comunicado.
Además, Amnistía Internacional denunció que las enfermeras y el médico fueron torturados con descargas eléctricas y golpeados para que confesaran. Por esos hechos, ocho policías, un médico militar y un traductor fueron denunciados.
“Sólo un juicio justo puede sacar a la luz la verdad y conseguir que se haga justicia con los niños que han sido infectados con sida y sus padres”, pidió la ONG.