El tropezón

Lo resolvió la Sala E de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, integrada por los jueces Juan Carlos G. Dupuis, Fernando M. Racimo y Mario P.Calatayud, en los autos caratulados “Acosta, Zulma Beatriz c/ Micro Ómnibus Quilmes S.A.C.I.F. s/daños y perjuicios” a raíz de los recursos interpuestos por las partes contra la resolución de primera instancia que hizo lugar a la demanda y condenó a Micro Ómnibus Quilmes S.A.C.I.F. a abonarle a la actora los daños y perjuicios causados por la caída que sufrió al intentar el descenso de un colectivo de la demandada.

La empresa aseguradora, en tanto, cuestionó la responsabilidad de la empresa transportadora en el caso. Dijo que la actora no demostró la existencia del hecho dañoso ni tampoco que las lesiones padecidas tuvieran relación causal con el accidente. No obstante, el tribunal dijo que “las genéricas manifestaciones efectuadas no cumplen con el recaudo previsto en el art. 265 del Código citado”.

También rechazó los agravios respecto al monto de la indemnización establecida por incapacidad sobreviniente. “La apelante se limita a señalar que la indemnización -que se estableció en la suma de $ 5.000- resulta “elevadísima” ya que sólo se demostró que la demandante presenta una incapacidad parcial y permanente del 2 %. Sin embargo, tal cuestionamiento carece de la fuerza y de los argumentos necesarios para debilitar los fundamentos de la sentencia de primera instancia”, dice el fallo.

Por último, confirmó el monto de $ 3.000 en concepto de daño moral otorgado por el juez de primera instancia. “El impacto emocional del evento dañoso cuyas características se desprenden de la causa así como el dolor provocado por las secuelas evaluadas por el juez, justifican el monto fijado en primera instancia”, dice el fallo. Por el accidente, la actora sufrió una fractura del 5 metatarsiano del pie izquierdo.



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