“Es la mayor mujerzuela, que había llegado a ser repudiada por el presentador Pepe Navarro porque se colaba en las fiestas y se mostraba con una ternura fingida, que había que desenmascarar tanta hipocresía diaria”, había dicho Aida Nízar sobre Vicky Martín Berrocal el 16 de marzo de 2006 en un programa del canal Telecinco según informó el diario español El País.
Para la Audiencia de Sevilla se trató de declaraciones “injuriosas y sin interés público” y por eso ratificó la condena de primera instancia. Sin embargo, la alzada elevó la indemnización de 40.000 a 120.000 euros ya que el programa donde se hicieron las declaraciones tiene una gran audiencia que hizo que “el mal inferido tuviese una extensión grandísima”. Además, se trata de una persona “socialmente muy conocida y es madre de una niña pequeña, en cuyo colegio trascendieron los comentarios”.
Por otra parte, el tribunal señaló en su sentencia que las relaciones amorosas de la Berroca “no tienen interés general relevante por muy famosa que sea esa persona, salvo que esas relaciones estén afectando o tengan consecuencias para el interés colectivo por tratarse de personas que gestionen asuntos públicos”. Los jueces así rechazaron el argumentos sobre el derecho a la libertad de expresión que había alegado Nízar.
Por último, la Audiencia de Sevilla sostuvo que el hecho de que Berrocal haya salido en la tapa de una revista no significa que eso sea una “coartada para proferir improperios, insultos o palabras vejatorias e infamantes”.
Esta no es la primera vez que Gran Hermano tiene problemas judiciales en España. A principios de mayo la productora que hace el programa en ese país fue condenada a pagar 1,08 millones de euros por dar información sobre ideología, religión, raza, sexo y gustos de 7.000 personas que se postularon para participar del reality.
En este caso, la Justicia señaló que la productora actuó con “el más completo desprecio a la exigencia del consentimiento consciente e informado de los afectados”.