¿Qué temas trataron en la segunda sesión del Parlasur la semana pasada?
Fue la primera sesión con temario. Lo más importante fue una declaración de apoyo del Parlamento del MERCOSUR por el reclamo argentino de Malvinas y la solicitud de que el Reino Unido acepte la discusión de la soberanía. Se fijó la agenda política del Parlamento para este año que tiene varios puntos, por ejemplo, ver el estado del MERCOSUR al día de la fecha. Y los temas más prácticos, que son migraciones y aduanas.
¿El reglamento del Parlamento no se aprobó?
No. El diseño de un Parlamento regional acotado, porque el MERCOSUR es un bloque comercial acotado, es bastante complejo. Cada uno vamos con las modalidades de las cámaras que integramos. Hay una serie de cuestiones que son formales pero que hace falta afinar. Y lo que rondó el ambiente también, más allá de que no se hizo la declaración, es solicitarles a los presidentes del MERCOSUR el financiamiento del futuro Parlamento. Este Parlamento no tiene dinero para funcionar. De hecho los Parlamentos de los estados partes pagan los vuelos de los diputados. Y además no tiene estructura en las comisiones. Debe ser un Parlamento austero pero no que no pueda funcionar. Y hay un reclamo a todos los presidentes, que si efectivamente hay voluntad política se financie para el año que viene un Parlamento que pueda funcionar sobre la base de los aportes de los distintos estados aparte.
¿Qué alcance van a tener las resoluciones del Parlamento?
En realidad el funcionamiento del Parlamento hoy no va a tener más que la categoría de deliberativo, de declaraciones, resoluciones y de asesoramientos al Grupo de Mercado Común y al Consejo del Mercado Común por la precariedad que tiene todo el MERCOSUR. El Parlamento no hace más que ser un reflejo de esa precariedad. Nosotros no somos la Unión Europea. Somos el MERCOSUR, que tiene una serie de limitaciones. Estamos en una etapa muy inferior de verdadera integración cuyo modelo mundial en la Unión Europea. De modo que las disposiciones del Parlamento del MERCOSUR son sugerencias al Grupo Mercado Común, asesoramientos, expresiones políticas. Desde mi punto de vista, la mayor virtud que tiene el Parlamento, y me parece que es la razón de su existencia, es que es la única expresión de la ciudadanía del MERCOSUR. El MERCOSUR hasta ahora es una construcción de los estados, y en realidad de los oficialismos de los estados. El Parlamento lo que permite es la voz de la minoría de cada uno de los países en el marco del MERCOSUR. Creo que esto es sustancial porque de lo contrario las decisiones del Parlamento las tomarían los presidentes, que es lo que está ocurriendo ahora. Y además sin ningún tipo de debate. Es un ámbito de debate interesante para ver otras posiciones, sobre todo de los que no están representados como oficialismo en cada uno de los estados partes.
Se lo podría pensar entonces como el ámbito más político del MERCOSUR
Yo creo que es el único ámbito plural del MERCOSUR. El resto son ámbito temáticos, como por ejemplo el MERCOSUR Social o las Comisiones Técnicas, pero ninguno de ellos tiene pluralidades.
¿Se puede pensar en un futuro ya sí en un Parlamento del MERCOSUR que legisle para todos los habitantes de la región?
Yo creo que sí en tanto podamos pensar en el MERCOSUR como una unión aduanera. En ese caso no habría ningún impedimento en que el Parlamento legisle con los mismos condicionamientos que tiene el Parlamento Europeo. Hay materias legislativas que son estrictamente de las naciones pero hay otras que pueden ser del bloque regional. Pero obviamente este es un proceso que va a llevar para unos cuantos años. Si la Unión Europea con todos los avances y los años que lleva constituyéndose no puede, por ejemplo, hacer que el Reino Unido acepte el Euro como moneda local sino que sigue con su Libra Esterlina, es difícil pensar que Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay, y eventualmente Venezuela cuando se incorpore, puedan por ejemplo tener una moneda única. Todo esto se hace dando pasos, que veces son dos para adelante y uno para atrás porque no hay todavía una concepción de bloque regional. Y además también coexisten algunas pujas del liderazgo que son importantes. La corporación de Chávez le agrega un condimento político a esa puja.
Hablando de peleas políticas. Paraguay y Uruguay tienen diferencias arancelarias con Argentina y Brasil; un legislador uruguayo planteó en el Parlasur emitir una declaración sobre la decisión de Chávez de quitarle la licencia a un canal de televisión opositor; el presidente venezolano ya planteó que no quiere entrar a este MERCOSUR que califica de viejo ¿El Parlasur va a ser el ámbito de las disputas de los presidentes de cada país?
No sé si es para tanto. Lo que sí puede hacer el Parlamento es poner en debate temas que la diplomacia a veces no pone. Las relaciones entre estados, mucho más entre los que forman parte del MERCOSUR, tienen una agenda pública muy acordada fundamentalmente por las cancillerías por orden de sus presidentes. Hay cuestiones de las que no se hablan. Por ejemplo no se habla del tema de los pasos fronterizos a Uruguay. Y de hecho hubo un acuerdo político en esta precariedad de no hablarlo en el Parlamento del MERCOSUR. En la medida que avancemos como Parlamento, rompamos esta barrera y dejemos de funcionar como bloques nacionales y empecemos a funcionar como individualidades ahí vamos a ver cómo son las cuestiones. Por ejemplo, yo estaría particularmente de acuerdo en respaldar una posición uruguaya en contra de los cortes de ruta que para mí son decididamente criminales. Pero para esto hace falta que Uruguay lo plantee. Y si hoy su cancillería instruye a sus legisladores para que no se plantee, me parece que estamos bastante ajustados. Creo que puede ser el marco, sobre todo cuando los agrupamientos políticos se empiecen a dar, no por nacionalidad sino por actividades ideológicas.
¿El Parlasur puede imponer temas en la agenda a los presidentes?
La idea es que se puedan poner temas en la agenda pública que significa una presión para los estados. Me parece que ese es el valor que tiene, sino tiene ese valor no tiene ninguno.
De la misma manera que ya hubo integraciones regionales a nivel de Poder Ejecutivo, ahora de los Poderes Legislativos, ¿se puede pensar en el Poder Judicial del MERCOSUR?
Existe el Tribunal Arbitral del MERCOSUR. Lo que pasa que en una instancia judicial de esa naturaleza lo que hay que darle es decisión política para que funcione como tal. Sería por ejemplo absolutamente competente para resolver el diferendo con el Uruguay sobre las pasteras. Ocurre que con que un país diga que no, como las decisiones hoy se pueden tomar por consenso y no hay un ámbito de votación, esto no funciona. Creo que en la medida que se profundice el Parlamento y la Unión deben existir instancias judiciales regionales como en Europa.
¿Cuándo se puede llegar a una integración más amplia que la actual?
Creo que lo que hace falta es algunos años de estabilidad política y económica en los estados partes. Esto podría llevar a una integración más plena, que se podría haber hecho en la época del menemismo y no se hizo, y ahora se puede volver a hacer. Si hoy tomamos la reserva de los bancos centrales de los estados partes estamos en condiciones de establecer una moneda única. Lo que ocurre en la realidad es que todavía estamos discutiendo entre nosotros distintos tipos de cambio y hay una serie de cuestiones que están fuertemente vinculadas a los modelos económicos que cada país lleva adelante. Por ejemplo, Argentina funda su modelo económico en el superávit que genera un tipo de cambio competitivo. El de Brasil es menos competitivo, y el de Uruguay aún menos competitivo. Resolver estas cuestiones implica cambiar la visión nacional de crecimiento por la visión regional de crecimiento. Esto es, en lugar de competir en los mercados por una cuestión de tipos de cambios, competir en los mercados por una cuestión de escala, de sumatorias de conocimientos. Es un proceso lento pero a eso se debe apuntar.
¿El Parlamento será un ámbito meramente declarativo o tendrá peso político?
Hoy por hoy es un ámbito meramente declarativo. Depende de los parlamentarios y de la capacidad de pensar en bloques ideológicos para que tenga vigencia el Parlamento y no en bloques nacionales.
En Cancillería, los abogados argentinos están discutiendo los mecanismos para que puedan ejercer en todos los países del bloque, lo mismo podrá ocurrir con otras profesiones. ¿En qué instancia se encuentra esto? ¿y qué poder puede llegar a aportar el Parlasur a estos temas?
Eso está dentro de la agenda política. El tema más urgente, porque existe en términos prácticos, es el de los docentes que en las zonas de fronteras hoy están dando clases. Y tiene que hacer los mismos trámites de migraciones y de Aduana que cualquier turista. Pero en todas las profesiones, creo que lo ideal, a lo que se debe pretender es a lo que acabas de enunciar, y es parte de la Agenda del MERCOSUR. Es un tema complejo, que requiere de determinadas cuestiones igualadoras. Me parece que debe haber determinadas revalidas o estándares básicos porque francamente hay diferencias en los niveles profesionales de cualquier naturaleza entre un estado parte y otro.
Usted es presidente de la Comisión del MERCOSUR de la Cámara de Diputados. ¿Qué aporte puede hacer cada ámbito legislativo nacional al Parlasur?
En realidad la constitución del Parlamento del MERCOSUR ha hecho que la comisión que yo presido, si se aprovecha bien, pueda tener mucha relevancia, porque solamente 18 parlamentarios argentinos conformamos el Parlamento MERCOSUR; entonces la comisión puede ser el ámbito de recepción de iniciativas que traslademos por vía de los que lo representamos. Creo que este sería su mayor razón de existencia de esta comisión. Y además siguen existiendo cuestiones vinculadas al MERCOSUR que tiene que ver con el interés de este Parlamento argentino. Me parece que es muy importante la comisión como polea de transmisión de aquellos partidos o legisladores que no tienen representación en el parlamento MERCOSUR.