Uno de los edificios más controvertidos, es el que se encuentra en Marcelo T. de Alvear 1840, en donde se alojan juzgados comerciales y de la seguridad social. A través de estos años, se han efectuado diversas reformas en el establecimiento, que han mejorado notablemente la condición del lugar, aunque aún persisten problemas estructurales, de distribución y especialmente de espacio.
Al respecto, el juez Alberto Ize, del juzgado Nº9 de la seguridad social que se aloja en la parte anexa del edificio, comentó que el problema principal, es “la falta de capacidad de los juzgados respecto de los volúmenes que manejan, ya que son tan altos en cantidad de expedientes, que se ven superados los espacios físicos”. Completando esta idea, expresó que “por mas que reestructuremos, a simple vista parece que esta todo bien, pero si uno entra en el juzgado, los chicos están saltando por los expedientes, donde las secretarías se encuentran desbordadas, por lo que el tema del espacio físico todavía no está resuelto, aunque hay que precisar que es muy linda la estructura, el edificio es agradable.”
Explicó a su vez, que su juzgado fue mudado de la parte antigua del edificio, donde los espacios eran más grandes pero contaba con las deficiencias de los años de uso, aclarando que “no obstante de carecer de espacio, tener un ámbito de trabajo agradable es importante, cuando mejor se encuentra la gente trabajando, más rinde.”
Por otro lado, la secretaria Claudia Giaquinto, de la secretaria 120 del juzgado comercial 12, manifestó que “el edificio en general, es un edificio sólido y bueno, ediliciamente hablando, que soporta la estructura del poder judicial. Sin perjuicio de ello, cuando se comenzó a arreglar para que los juzgados comenzaran a trabajar, fue bastante precaria la instalación y además no fue pensado desde la estructura en el cual se trabaja, él que lo diseñó desconoce lo que es el trabajo judicial. Para empezar, los despachos de los secretarios y jueces quedan en el segundo piso, y las mesas de entrada en planta baja. Esto conlleva que los expedientes hay que trasportarlos, y nosotros debemos ir continuamente para abajo para controlar las firmas, sumando a que los ascensores a veces no funcionan.”
También alegó estar en desacuerdo de que hayan mezclado dos fueros dentro del mismo edificio, pudiendo tener estructura para todo el fuero comercial y otro para el de la seguridad social, por lo que criticó que se haya dividido en dos fueros el establecimiento, cuando existen juzgados comerciales en dos edificios más. Sobre el asunto, indicó que “debería haber un edificio para cada fuero, primero por los inconvenientes que acarrea para el profesional que tiene que estar corriendo de un lugar a otro, y después para nosotros mismos. Además no hay una buena señalización de donde se encuentran los juzgados.”
Sobre el asunto, fuentes judiciales contrarrestaron estos argumentos, enfatizando que “se van ubicando los juzgados en la medida que surgen las necesidades”, y que en el marco de las licitaciones es muy difícil conseguir espacios, por el aumento del precio de los inmuebles, entre otras cuestiones.
Varios comentarios rondaron sobre la parte más nueva del edificio, el anexo, como un espacio totalmente cerrado y asfixiante, donde en muchas partes del establecimiento no se cuenta con luz exterior, al no haber ventanas. Algunos empelados del fuero comercial, destacaron la parte positiva, indicando que mientras se trabaje, el espacio es suficiente. Otros señalaron que se pidieron mediante oficio algunas reformas, y en muchas ocasiones esos cambios se efectuaron, agregando entre otras cosas, muebles más altos. No obstante, en algunos sectores se pudieron observar expedientes en el piso, o una alta pila de cajones escalonados, donde los empelados tienen que subirse a escaleras para sacar nuevos expedientes.
Desde el Consejo de la Magistratura, detallaron las reformas que están en curso en el cuestionado edificio. Entre las mismas, se destaca la restauración del mural del artista Quinquela Martín, y la redistribución de los espacios interiores de la Planta Baja, primero y segundo piso. Por otro lado, en el marco de una adecuación integral del establecimiento, se planteó continuar la construcción de sanitarios nuevos y la instalación de un sistema de aire acondicionado, como se realizó en el tercer y cuarto piso, y la restauración de las tres fachadas exteriores. Además se señaló que ya se ha efectuado en la parte anexa, la redistribución de los juzgados de la seguridad social.
Con cada vez más causas en aumento, donde muchas veces se ocasionan demoras y retrasos en la tramitación de los expedientes, unos adecuados espacios de trabajo, cumplen un rol fundamental para un funcionamiento más organizado de la Justicia. Hay críticas, pero también hay cambios, donde se resalta la buena predisposición de los empelados judiciales de intentar mantener las cosas en orden, en lugares sumamente reducidos. El inmueble ubicado en Marcelo T. De Alvear 1840 es sólo un ejemplo de otras estructuras que se encuentran en condiciones similares, ¿pero cuál será la solución para una correcta distribución y mantenimiento de los edificios del Poder Judicial?