El presidente francés pretende suprimir la única figura realmente independiente del aparato jurídico, el juez de instrucción, sin plantar garantías sobre la creación de nuevos futuros contrapesos para aquellos acusados que no pueden pagarse abogados privados caros.
El proyecto fue anunciado, por el mandatario, al inaugurar las actividades del Tribunal de Casación. Este juez de instrucción, es un magistrado requerido en los casos criminales y en los expediente más complejos, que instruye a cargo y a descargo. Dirige las investigaciones de un caso con el concurso de la policía.
Para Sarkosy el juez de instrucción “no puede ser el árbitro” y “aunque controle el desarrollo de las investigaciones, no debería dirigirlas”, dijo en su discurso de apertura del Tribunal.
Por su parte los dos principales sindicatos de magistrados franceses, la Unión Sindical de los Magistrados (USM) y el Sindicato de la Magistratura (SM) calificaron de “regresión democrática” la medida anunciada.
Haciendo clara referencia a la intromisión del Ejecutivo en la independencia judicial el secretario general de la USM dijo que “el poder ejecutivo tendrá el control total de las investigaciones penales. Es una etapa mayor en la toma del control de poder judicial”Por otro lado, su par Emanuelle Perreux presidenta del Sindicato de la calificó de “regresión democrática” la consideración de la desaparición del juez de instrucción, definiéndolo como “un atentado a la independencia de la justicia”.
Ademas, otro de los cambios que defiende Sarkozy es lo concerniente con las decisiones de prisión provisional que, a su juicio, deberían ser adoptadas por una "audiencia colegiada pública”, en lugar de los actuales magistrados de las libertades y la detención. También menciono en el mismo discurso, la intención de despenalizar la difamación.
Fue el propio Napoléon Bonaparte quien creó los jueces de instrucción hace dos siglos. Ese tipo de magistrados ha gozado de independencia y amplísimos poderes para investigar los delitos más graves, ordenar escuchas telefónicas, registros domiciliarios e incluso la prisión preventiva durante un periodo de tiempo indefinido.
El juez de instrucción es un elemento central del procedimiento inquisitorio francés y si bien sólo se ocupa de un 5% de los casos, su papel es regularmente cuestionado. Asimismo, varios errores judiciales importantes en los últimos años pusieron nuevamente al juez de instrucción en el banquillo, en particular un caso conocido como el como “el escándalo Outreau” donde 13 personas completamente inocentes fueron encarceladas durante varios meses acusados de pedofilia.
En otro orden de cosas, los jueces de instrucción se enfrentan a 32 ml casos penales al año. No obstante la clave del problema reside en el estatus futuro de la Fiscalía. Ya que los fiscales son nombrados por decreto por el presidente y dependen directamente del Ministerio de Justicia francés, de allí la preocupación por la independencia judicial que surge de la propuesta de Sarkosy.