La iniciativa de los senadores por la provincia de Salta, que abandonaron el bloque kirchnerista de la Cámara Alta, propone que las invitaciones a los “visitantes extranjeros” puedan ser cursadas por la Cámara Nacional Electoral, el Ministerio del Interior, la Cámara de Senadores, la Cámara de Diputados, “y/o de cualquier Partido Político que haya presentado candidatos a los comicios”.
El proyecto, ingresado en el Senado antes del las elecciones del pasado 28 de junio, advierte que “si bien la Cámara Nacional Electoral se propone como el órgano encargado de formalizar las invitaciones, las propuestas (…) no pueden ser privativas de una institución”.
Los senadores autores del proyecto enfatizaron que “las misiones de visitantes extranjeros a procesos electorales constituyen no sólo un instrumento de análisis de la calidad de los comicios sino fundamentalmente de transferencia de conocimiento en lo que respecta a la organización, desarrollo y fiscalización de los mismos”.
A partir de la aprobación, en 2001, de la Carta Democrática Interamericana, avanzó, para los legisladores salteños, la “tercera generación” de las “misiones de observación electoral”. Desde ese momento, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, Nicaragua, Panamá, Perú, Paraguay, República Dominicana y Venezuela, entre otros, fueron visitados por extranjeros para los comicios.
“El derecho comparado permite observar la gran cantidad de países que han incorporado en sus ordenamientos jurídicos internos el estatus de observador electoral o visitante extranjero”, remarcaron los senadores y citaron los casos de países como México, Colombia, Nicaragua (dentro de la región) y Angola.
Escudero, Romero y Pérez Alsina apuntaron que la “carencia de normativa legal deja abierta una ventana de discrecionalidad en relación con la posibilidad de invitar delegaciones extranjeras”. Y agregaron que la presencia de “visitantes extranjeros” es “una práctica de transparencia del proceso, compromiso con los electores y solidaridad con otros países”.
El proyecto de ley postula la figura del “visitante extranjero” y no del “observador electoral” porque “muchas voces han expresado resquemores por la utilización” de ése término “argumentando la defensa de la soberanía de los estados en lo que respecta a la política interna”.
“Las elecciones son el momento de soberanía directa de los ciudadanos, el procedimiento que justifica la democracia representativa y la razón de ser de todo el entramado político-institucional”, concluyeron los senadores al presentar el proyecto.