Comenzó su descargo manifestando que era la primera vez que comparecía ante la comisión que preside la consejera-diputada Diana Conti. Pravia recordó (y adjuntó) una nota remitida a la comisión de Selección del Consejo el 4 de julio de 2005 en la que denunció la nota que obtuvo Tuppo en un examen para cubrir una vacante de juez en el Tribunal Oral de Santiago del Estero.
La auditoría del Consejo sostuvo que Pravia “habría faltado a la ética y el decoro (…) cuando creyendo estar incurso en una de las causales de excusación como jurado (…) no puso en conocimiento de ello al Consejo y se abstuvo de actuar”.
Sobre ese tema Pravia volvió a aclarar que la nota remitida al Consejo en 2005 se trató de una “impugnación entre concursantes y no de una denuncia penal”.
Y agregó: “Es la actitud asumida por muchos colegas magistrados de evadir responsabilidades y asumir la carga funcional de llevar adelante causas, haciendo un mal uso o digamos un abuso de la posibilidad de excusarse por violencia moral, esto tantas veces visto en las causas de derechos humanos”.
Consideró que su posición de no haberse excusado era la correcta (…) “aún cuando la posición más facilista y complaciente hubiera sido excusarme”.
En su descargo, que ahora deberán analizar los consejeros, Pravia desmintió que él y Tuppo hubieran trabajado en el mismo ámbito. Aseguró que mientras él se desempeñó como fiscal federal de la provincia de Santiago del Estero, Tuppo trabajaba en el Poder Judicial de esa provincia, como juez de instrucción y añadió que las dependencias no estaban en la misma zona ni compartían edificio.
Aseguró que se cruzó “un par de veces” con Tuppo en restaurantes u hoteles debido a que Santiago del Estero “es una pequeña ciudad y los lugares de alojamiento y de comida están ubicados en un radio céntrico acotado”.
“¿Cómo puede entender que se quiera ayudar a una persona a la que en su oportunidad de impugnó por copiarse”, preguntó Pravia en su descargo, que ingresó en el Consejo de la Magistratura este jueves alrededor de las 11, dos horas antes de la hora en que estaba previsto que acudiera.
Pravia rechazó “enfáticamente” que él le hubiera entregado los temarios de los concursos 237 y 245 a Tuppo. Aseguró que al concursante (secretario de la fiscalía de Saavedra) no se le encontraron los temarios presentados por Pravia ante la comisión de Selección del Consejo sino que lo secuestrado a Tuppo fueron proyectos, temarios intermedios, no definitivos.
“Los temarios hallados en poder de Tuppo no eran aquellos que fueron entregados por el suscripto al Consejo”, dijo el juez Pravia.
Pravia manifestó que la única oportunidad en la que coincidió con Tuppo (el primero como jurado y el segundo como concursante) fue en un concurso para cubrir una vacante de juez de Cámara en el Tribunal Oral en lo Federal Criminal de Neuquén en el cual Tuppo obtuvo el último puntaje sobre 12 concursantes.
“Si quiero ayudar a un concursante, ¿Por qué le habría entregado temas no definitivos, incluso alguno que no fuera aprobado por el jurado? Eso más que ayudarlo lo perjudicaba, o bien lo podría inducir al error”, manifestó el juez.
Para cerrar el descargo, Pravia resaltó su posición “respecto a los actos de corrupción que envuelven a la administración de justicia” y mencionó que él mismo abrió una investigación por el supuesto espionaje llevado adelante por el gobierno de Carlos Arturo Juárez y su esposa Marina Aragonés en Santiago del Estero.