“Es una locura querer trasladar el dinero en un avión de línea, que no es lo habitual, y porque van representantes del Banco Central a retirar los billetes, los que deberán tratar con el jefe del Tesoro del Banco de Santa Fe”, le había dicho la persona que trabajó 16 años en el tesoro provincial pero que cuando el 23 de diciembre de 1992, cuando se realizó la operación, hacía dos años que no estaba en el banco debido a un retiro voluntario.
Sin embargo, Marino negó hoy haberle dado información a Rima, prófugo de la justicia, cuando en octubre de 1992 lo llamó por teléfono y le ofreció 300 mil pesos. “A mi el negocio no me interesaba- dijo hoy el imputado- pero si me quería dar el dinero estaba bien”. El acusado refirió que no podía dar la información ya que “cuando uno se va del banco se desvincula totalmente”, además de que cuando él trabajaba no existía el Tesoro Regional, que fue de donde salió la plata.
“Me quiero llevar una plata fresca”, le había dicho Rima cuando llamó al declarante para pedirle datos sobre el banco. “No había posibilidades”, reflexionó hoy Marino ante los jueces Guillermo Madueño, Luis Direnzi y Leopoldo Bruglia. Luego, describió al supuesto cerebro de la banda como autoritario, impulsivo y soberbio.
Por su parte, el comisario Guillermo Fernández también se declaró inocente. “A nueve años del hecho todavía no puedo comprender porque estoy acusado”, se lamentó. Luego consideró que sólo fue implicado por su “inquebrantable amistad” con otro de los procesados, Jorge Magaldi, quien el viernes se negó a declarar, sospechado de haber organizado el traslado de dinero una vez consumada la estafa.
En diciembre de 1992, Fernández era Comisario de la División Defraudaciones y Estafas del partido bonaerense de San Martín y fue acusado de haber entregado a la banda documentación original del Banco Central para la falsificación de las credenciales que fueron usadas por falsos inspectores. También de haber sido el que recibió el dinero robado en el aeropuerto de San Fernando. “No sé si estoy implicado por culpa de mi ignorancia, por culpa de Magaldi o por culpa de la justicia”, dijo el comisario.
Jorge Néstor Collia, en cambio, reconoció haber confeccionado las credenciales falsas del Banco Central. “Esto surgió de un día para otro a mediados de noviembre cuando mi hermano Gregorio (también procesado) me lo propuso". La promesa era recibir el diez por ciento de 20 millones. “Nunca vi un billete de 500 mil australes”, aseguró en referencia a la conformación de los fajos robados al Central. Según declaró, su hermano Gregorio fue el que trató con Rima pero él nunca lo conoció.
“Siempre estuve más ligado a Gregorio que a Jorge”, aseguró Néstor Collia en relación a sus hermanos. En el final de la audiencia, Jorge Collia, el tercer hermano imputado se negó a prestar declaración a raíz de que “no conocía nada de estos hechos”. Momentos antes, Néstor Collia se había ocupado de aclarar lo mismo: “Mi hermano Jorge no sabía nada de esto”.