Estimada directora: Como ciudadana expongo exceso en el ejercicio de la función de los legisladores, la cual se ha convertido erróneamente, en tácita intérprete de las decisiones de quienes le dimos el mandato. Usan el argumento de la no discriminación y descalifican a quienes se oponen a la ley de matrimonio gay con adopción, tan sólo por ser católicos. Yo sin serlo tengo los valores de nuestra cultura occidental y cristiana, y entiendo que la sociedad no discrimina a homosexuales. Les corresponde legislar sí, este modo de convivir, otorgándole derechos que aseguren su desarrollo, sin acceder a la pretensión de otorgarle, ni el título de aquello que desecharon ser, ni en adopción los hijos que pudieran tener si hubieran decidido por una convivencia heterosexual. Deber inexcusable es no construir a partir de la excepción una regla que vulnera el código civil, obligando al niño a asumir, la situación atípica de sus padres adoptivos con la presión social que ello implica, sin darle el derecho a escoger por un papá y una mamá, en una iniciativa carente de aval científico. En el estado de indefensión en el que me ha sumido esta postura que no honra la razón que debiera distinguir a los funcionarios, espero retroceda la media sanción, y junto a mí tantos que votándolos depositamos confianza en su integridad y sentido común. Silvia Schell. DNI 12633757