La jueza Ruth Rissing van Saan argumentó que “apagar un respirador o cortar un tubo de alimentación están entre las formas permitidas de terminar un tratamiento". La voluntad del paciente, según se lee en la sentencia, "justificó no solo el simple abandono de la alimentación artificial, sino también una acción activa que procurara terminar o evitar una terapia que el paciente no quería".
La decisión del Máximo Tribunal de ese país, que se produce tras años de debate en Alemania sobre la eutanasia, absolvió a un abogado condenado el año pasado por asesorar a una mujer para que ayudase a su madre a morir.
Se trata de Erika Kuellmer, una mujer que murió en 2007, con 77 años, luego de estar cinco años en estado vegetativo. A pesar de que sus hijos demostraron que su voluntad era no ser mantenida con vida con alimentación y respiración artificiales, los médicos no quisieron desconectarla. Asesorada por el abogado Wolfgang Putz, la hija de Kuellmer, Elke Groll, cortó con una tijera la sonda que alimentaba a su madre, quien murió dos semanas después.
El tribunal falló que “aquellos que cuidan a un enfermo deben retirar o interrumpir el tratamiento médico que lo mantiene con vida si esa es la voluntad del paciente”.
De acuerdo a medios locales, la mujer le habría dicho a su hija que no quería que su vida fuera prolongada artificialmente antes de caer en coma tras una hemorragia cerebral en 2002. Pero no hay registro escrito de ello.
El Alto Tribunal invalidó así una sentencia previa de la Audiencia Provincial de Fulda que condenó al abogado a nueve meses de prisión.
La ministra de Justicia alemana, Sabine Leutheusser-Schnarrenberger, apoyó la decisión, que "confiere seguridad jurídica a una cuestión de principio en un terreno controvertido". Añadió que la sentencia "atribuye un valor más alto al derecho de autodeterminación de las personas".
Sin embargo, la Fundación de Hospicios Alemanes expresó su preocupación: "No hay espacio para el salvaje oeste cerca de la cama de muerte y de los enfermos terminales", dijo su presidente, Eugen Brysch.
El caso de la eutanasia es un debate polémico y hasta un tabú en Alemania, fruto de las marcas dejadas por el nazismo, que provocó la muerte de minusválidos psíquicos y físicos, y de enfermos de dolencias como la epilepsia, teniendo como objetivo la purificación de la denominada “raza germana”.