A propósito del tipo de abuso por Internet llamado "grooming", que ahora está en el centro de al escena en nuestro país gracias al debate parlamentario, en España, un tribunal de Cantabria condenó a un hombre a cuatro años de prisión por hacerse pasar por una chica de 14 años y, de esta forma, engañar a otras dos de 12 y 11 años a quienes les pidió que le enviaran fotos suyas desnudas.
El "grooming" consiste en "acciones deliberadas por parte de un adulto, de cara a establecer lazos de amistad con un niño en Internet, con la intención de obtener una satisfacción sexual mediante imágenes eróticas o pornográficas del menor, o incluso como preparación para un encuentro sexual, posiblemente por medio de abusos”, según aseveró la senadora María José Bongiorno (FpV).
La explicación, surgida a raíz del tratamiento en la Comisión de Asuntos Penales del Senado, sirve para explicar de qué se trata este fenómeno que provocó que un Tribunal español condenara a cuatro años de prisión a un hombre por cometerlo.
Sucedió en la región de Cantabria, donde un Juzgado de esa ciudad condenó a un hombre se hizo pasar por una chica de 14 años para engañar a otras dos de 12 y 11. A través de la red social Tuenti, el hombre consiguió fotos de las menores desnudas en lo que constituyó, claramente, un caso de "grooming".
El fiscal de la causa había solicitado al Tribunal cantábrico 12 años de prisión y más de 36.000 euros de indemnización. Finalmente, serán cuatro años y casi 8.000 euros para resarcir a las víctimas y sus familias.
Según consignaron fuentes judiciales, la pena fue rebajada porque desde que se conocieron los hechos siempre se mostró colaborativo con la Justicia y la Policía Nacional en la investigación, además de facilitarles el acceso a sus archivos informáticos y a sus cuentas de e-mail, además de haber pagado sin dilaciones gran parte de las indemnizaciones.
En tanto, en su relato, la fiscalía aseguró que el hombre usaba una cuenta de MSN y dos de Tuenti para hacerse pasar por una chica de 14 años llamada Isabel. Pedía fotografías a chicas de entre 12 y 11 años haciéndoles creer que "ella" conocería de esta forma sus medidas y podría introducirlas en el mundo de la moda.
Pero también se hacía pasar por el "padre" de Isabel, y les aseguraba a sus contactos que si no le mandaban imágenes la iba a maltratar, a la vez que hubo ocasiones en que amenazó a las otras chicas con que iría a buscarlas y les haría "algún mal".
Luego de conocer y aceptar su pena, el hombre pidió perdón a la Sala y aseguró que no sabía lo que estaba haciendo.