Se realizó la primera audiencia en el Consejo de la Magistratura de Río Negro por el jury contra el juez Pablo Iribarren por mal desempeño. El magistrado llevaba la causa que conmovió a la provincia y que tuvo repercusión nacional.
“Las familias no buscan más sangre. Siempre se pretendió que tengan la posibilidad de que puedan ejercer su defensa y con el jury lo podrá hacer", aseguró hace ya más de cinco meses el abogado de la organización Familiares del Dolor, Marcelo Hertzriken.
El letrado se refería precisamente al proceso que comenzó este lunes en el que el juez rionegrino Pablo Iribarren es juzgado frente al Consejo de la Magistratura de su provincia por mal desempeño. Es que el magistrado estuvo encargado de llevar a cabo la investigación por el triple crimen de Cipolletti.
Todo comenzó cuando el domingo nueve de noviembre de 1997, María Emilia, Paula González y Verónica Villar salieron a dar un paseo por la avenida principal de la ciudad, pero no volvieron nunca. Sus familiares las buscaron desesperadamente y tan sólo tres días después las hallaron: estaban muertas y a la vera del ferrocarril. Más tarde, con el comienzo de la investigación, distintas personas, entidades y organizaciones se encargaron de señalar lo que dieron en ser “desaciertos” o “confusiones”.
Con la procuradora general de Río Negro, Liliana Piccinini, como parte acusadora, el juez estuvo acompañado por su defensor particular Oscar Pineda.
En tanto, el Superior Tribunal de Justicia estuvo representado por el juez subrogante Jorge Bustamante. Por su parte, asistieron los legisladores Ana Piccinini y Arabela Carreras por la mayoría y Alejandro Betelú por la minoría. Los abogados fueron Sergio Schroeder, Justo Epifanio y Rubí Zuain y por los magistrados, el juez de la Cámara laboral de Roca, Diego Broggini.
Los defensores del magistrado realizaron planteos entendiendo que la causa abierta en su contra era insubsistente, además de solicitar la nulidad de todo el proceso recordando que el caso había prescripto.
Después de un cuarto intermedio, y una intervención de la procuradora en la que pidió que no se tengan en cuenta las pretensiones de la defensa, los integrantes del Consejo decidieron que el proceso continuaría su curso y llamó a declarar al magistrado y a cuatro testigos.
Antes de que se aprobara el Jury, Iribarren había intentado desentenderse del tema presentando su renuncia como magistrado, pero en esa ocasión tampoco se consideró que la causa hubiera prescripto.