El proyecto [presidencial] anunciado de creación de 3 Cámaras Nacionales de Casación en materia del trabajo y seguridad social; contencioso administrativo federal y civil y comercial: Alienta la posibilidad que la Corte Suprema de Justicia reciba una menor cantidad de causas anuales. Entiendo que el proyecto aumentará la burocratización y no creo que desaliente a los litigantes a llegar a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Quien tenga la firme convicción de que su causa sea conocida por la CSJN, así lo hará, aunque exista otra instancia generada, ahora, como tribunal intermedio! Fundamentalmente, se considera que antes de "mejorar" el egreso de la jurisdicción la inversión debe destinarse al "acceso a la jurisdicción" con programas federales. La creación de Cámaras Nacionales de Casación, significará, además, la erogación de "cientos de millones de pesos anuales" para sostener su organización y funcionamiento. Es verdad; la CSJN recibe "anualmente" miles de procesos; también es cierto que desde "2003" a la fecha, el número ha ido bajando. La litigiosidad debe ser enseñada a los litigantes, con estímulo de la "innecesariedad" de llegar al conocimiento de la CSJN. La CSJN, pues, en el período 2003-2013 ha demostrado, con firmeza y prolijidad, un profundo tratamiento de causas de altísima relevancia institucional y vinculadas con los derechos fundamentales. Opino, por tanto, que todo peso y estímulo debe ser enderezado al desarrollo y fortalecimiento del acceso a la jurisdicción (u otras prioridades esenciales: tales, por ejemplo, como atención de la seguridad social, construcción de obras hidráulicas, o protección ambiental) y no al gasto para que se devalúe o se intente disminuir el número de las causas que egresarán, por hipótesis. Raúl Gustavo Ferreyra Prof. titular regular de Derecho constitucional Facultad de Derecho Universidad de Buenos Aires