El ex agente iraní había asegurado en marzo de 2000, cuando declaró en la Embajada argentina en México, ante el juez Galeano y los fiscales Eamón Mullen y José Barbaccia, que al ex mandatario se le había transferido ese dinero a cambio de desviar las sospechas que pesaban contra el gobierno islámico por los atentados cometidos en la Argentina.
En esa declaración, el testigo sostuvo que la entidad estaba ubicada en la zona céntrica de Ginebra, a 200 metros de un hotel internacional y que recordaba que tenía la palabra "Luxemburgo".
Las autoridades suizas respondieron el primer exhorto enviado en ese sentido por el juzgado y advirtieron que existían 48 entidades con esas características, y que esa cifra se elevaba si se incluían aquellas en las cuales no se llevaban a cabo el tipo de operaciones a las cuales aludía "C".
La semana pasada Galeano remitió un nuevo exhorto reclamando distintas diligencias y en el mismo se incluyó la anuencia de los fiscales a que sólo se investiguen cuentas en aquellos bancos en los que se pudo haber hecho la operación, fijando un período que va desde la fecha señalada por el testigo (con posterioridad al atentado a la Embajada de Israel en Buenos Aires) y los dos años posteriores, vale decir en un lapso posterior al ataque terrorista a la AMIA, el 18 de julio de 1994.
Semanas atrás, la Cancillería argentina había advertido al juzgado que la justicia suiza rechazaría un pedido para que sean ellos quienes reclamen a Alemania el traslado del ex agente iraní, cuyo verdadero nombre sería Abolgashem Mesbahi, quien durante varios años permaneció como testigo protegido tras colaborar en el esclarecimiento de un atentado contra disidentes kurdos en el bar Mykonos, de Berlín.
Aunque ya no reviste esa condición, se sabe que "C" puede ser ubicado en Alemania -los fiscales del caso AMIA entregaron al juez Galeano un teléfono en ese país para ubicarlo- por lo que el juez argentino decidió pedir a la justicia germana su traslado a Ginebra, tal como ocurrió cuando fue llevado a México, cuando declaró por segunda vez.
"C" había asegurado conocer acerca de la transferencia por una tercera persona, también miembro del gobierno de Irán, y respecto de la cuenta dijo que él mismo la había utilizado para pagar a colaboradores europeos de la inteligencia iraní, aunque aclaró que el solo disponía de la mitad de la clave necesaria para movilizar fondos.
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