La flamante presidente de la Asociación de Magistrados hizo declaraciones exclusivas a Diario Judicial. Adelantó su férrea oposición al proyecto de traspaso de la Justicia Nacional a la Capital Federal. Su postura sobre las reformas en la Justicia, subrogancias y la relación con la Corte y el Consejo de la Magistratura. Los desafíos para su gestión.
A horas de su victoria y todavía efervescente, la jueza de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial, María Lilia Gómez Alonso de Díaz Cordero, quien se convirtió en la primera presidente mujer en la historia de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional (AMFJN), habló con Diario Judicial de los desafíos a los que se enfrentará en su gestión al frente de la entidad que reúne a jueces, fiscales y funcionarios judiciales.
En medio de constantes llamados telefónicos, la camarista comenta que la "llaman amigos que hace veinte años no veo y los crucé ayer en la elección, y otros que, al enterarse por los diarios de que gané, se comunicaron”, admite la magistrada, que no disimula su satisfacción por imponerse en los comicios. Su Lista Bordó venció con el 48% de los votos, sacándole 17 puntos porcentuales a su inmediato competidor, la Lista Celeste.
Consultada sobre cómo proyecta su gestión para los próximos dos años, Díaz Cordero respondió que “como siempre, vamos a trabajar en defensa de la independencia judicial y el apoyo a proyectos legislativos eficaces”. La indicación de proyectos legislativos no es aleatoria, la iniciativa de traspaso de la Justicia Nacional a la órbita de la Ciudad de Buenos Aires genera en el ámbito de los magistrados que componen la Justicia Nacional una dura oposición. La presidente electa no es la excepción.
A poco de saberse los resultados de las elecciones, el ministro de Justicia, Germán Garavano, se comunicó con Díaz Cordero para felicitarla por el triunfo. La magistrada, rápida de reflejos, le manifestó al funcionario que "iban a trabajar juntos, pero que también se iban a pelear", porque "iban a impedir que la Justicia Nacional se desmembre”. “Yo tengo una posición muy firme y muy clara con ese tema”, remató.
No sólo se refirió al proyecto de traspaso, al que califica de “constitucionalmente imposible” sino que también hizo hincapié en todos los proyectos que forman parte del programa Justicia 2020, impulsado por Garavano.
“Coincido con que el funcionamiento del Poder Judicial tiene que ser modificado, y nuestro trabajo será hacerlo desde el seno del mismo, por eso vamos a intervenir como Asociación en todos los procesos legislativos relacionados al tema”, le afirmó Díaz Cordero a Diario Judicial, reconociendo que le preocupa “la frustración del ciudadano cuando no se le dan soluciones seguras”.
Los otros temas calientas de la Justicia
La electa presidente de la AMFJN sostuvo también que hay que “seguir insistiendo” con la avanzada de proyectos para mejorar el servicio de Justicia, pero aclaró que “hay que estar alerta” de que los mismos no sean útiles para el fin que pretenden cumplir.
El proyecto de Ley de Flagrancia es un testimonio en ese aspecto. La mayoría de los Tribunales rechazan su implementación si no se hace con los recursos necesarios. Díaz Cordero, pese a no ser integrante del fuero Criminal, comparte la preocupación de sus colegas de la Justicia Penal y así se lo manifestó a este medio “amplía la actividad de los Tribunales, pero sin los recursos materiales y humanos indispensables”, explicó.
Otro gran problema en lo que hace al funcionamiento de la Justicia tiene que ver con las vacantes de jueces. La nueva presidente sabe que será uno de los desafíos más importantes de su gestión. “Bregamos por la ocupación de todas las vacantes”, adelantó Díaz Cordero, para quien las subrogancias “tienen que ser transitorias y excepcionales”. La camarista comercial reconoció que este problema “afecta la prestación del servicio de Justicia”.
Asimismo, Díaz Cordero admitió que en los últimos años se aceleraron los concursos, pero que ello todavía “no alcanza”. “Se terminan concursos y se abren otros, porque hay jueces que se van jubilando o renuncian”, detalló la camarista, quien mantiene muy buena relación con los representantes del Consejo de la Magistratura y la Corte Suprema de Justicia. “Hay mucho diálogo”, reconoció a Diario Judicial.
La independencia del Poder Judicial es un tema siempre recurrente a la hora de definir el buen funcionamiento del servicio de Justicia. Díaz de Cordero siente que hay “menos presiones que antes” pero también pone de resalto que los jueces “necesitan tener la piel dura para resistir embates y presiones”, pero no del poder político, “sino también del poder económico, o de los medios de comunicación”.