Los dichos del ex juez supremo Raúl Zaffaroni generaron una repercusión inmediata. Ahora expresó deseos de que el Gobierno “se fuera lo antes posible”, pero antes también dejó frases altisonantes: su opinión sobre el femicidio, el caso Nisman y el Estado de Derecho. La defensa del “garantismo” en un reportaje a Diario Judicial.
El actual integrante de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y ex ministro de la Corte suprema de Justicia, Raúl Zaffaroni, volvió al centro de la escena al expresar en un reportaje a radio Caput sus deseos de que el gobierno de Mauricio Macri “se fuera lo antes posible”.
Sus dichos no pasaron desapercibidos y varios funcionarios del oficialismo salieron a contestarle. Pero el abogado y jurista está acostumbrado a hacer declaraciones que hacen ruido.
En 2003, cuando su nombre sonaba fuerte para ocupar un sillón en la Corte Suprema de Justicia, y en un contexto de demanda de endurecimiento de penas, brindó un reportaje a la revista Rolling Stone en donde, al admitir que “mandó mucha gente a la cárcel”, explicó que si se encaraba un expediente bajo la premisa “a ver cómo lo zafo a éste" o “cómo hago para que la lleve más aliviada" se podía dormir más tranquilo porque “en definitiva, la función del juez penal es contener el poder punitivo”.
En ese momento, con la reciente firma del decreto 222/03 miles de escritos de impugnación de su candidatura se presentaron ante el Congreso, que no pesaron para que arribara al Máximo Tribunal del país, donde se desempeñó más de diez años como ministro.
En 2012 también estuvo en el ojo de la tormenta en el medio del debate por la inclusión del tipo penal de femicidio en el Código Penal, al señalar que esa figura “no va a tener eficacia porque lo que tipificaron no existe". En 2015, en plena efervescencia por el caso Nisman, dijo que si el ex fiscal estuviera vivo lo ahorcaría.
“Esa denuncia de Nisman son 300 fojas, que si Nisman está vivo creo que lo ahorco porque me hizo leer eso varias veces, lo tuve que reordenar todo, es una catástrofe ese escrito, un desastre, es incomprensible”, sostuvo el criminólogo.
Siempre criticado por ser considerado “referente del garantismo”, en un reportaje brindado a Diario Judicial en 2015, defendió esa doctrina al ser preguntado sobre por qué se lo critica tanto. “El garantismo es eso, ¿Qué son las garantías?, gracias a las garantías estamos conversando acá, los que lo critican son fascistas”, respondió.
Recientemente, en una conferencia brindada con el constitucionalista Raúl Gustavo Ferreyra y el ex juez del TSJ porteño Julio Maier, insinuó que la conducta de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de defender el accionar de las fuerzas de seguridad en los casos de represión podría encuadrar en algún tipo penal, a la par de que criticó fuertemente el rol de la Facultad de Derecho de la UBA, donde justamente se llevó a cabo su disertación al opinar que esa casa de estudios “siempre tuvo las posiciones mas reaccionarias”
Las repercusiones
Tras sus declaraciones, hubo respuestas de parte de algunos funcionarios e incluso una denuncia ante la Justicia Penal.
Una de las voces que salió a contestarle al ex supremo es la de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien consideró que sus dichos fueron “golpistas”, mientras que su par en Justicia, Germán Garavano, opinó que Zaffaroni “debería renunciar” a la CIDH, y que era “muy triste” que magistrado hiciera “declaraciones antidemocráticas”. A su vez, el abogado Santiago Dupuy presentó una denuncia ante la Cámara Federal porteña por la presunta comisión de los delito de “apología del crimen” e “incitación a la violencia colectiva”
Además, desde el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires adelantaron que van a hacer una presentación ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos solicitando “la inmediata renuncia” de Zaffaroni al cuerpo por su "imparcialidad" y “de no hacerlo así, la propia Corte Interamericana deberá tomar los recaudos necesarios para su remoción, o arriesgarse a quedar manchada con la indignidad de uno de sus integrantes”.
A su vez, el "Colegio de la calle Montevideo", señaló que Zaffaroni “se encuentra en franca contradicción con las cualidades de independencia e imparcialidad que el sistema interamericano de derechos humanos exige a los miembros de la Corte Interamericana”.
En su rol como magistrado en el tribunal internacional, Zaffaroni no puede intervenir en los casos en los que Argentina sea parte. De hecho, no participó en las deliberaciones a la hora de que el cuerpo se pronunciara sobre las condiciones de detención de la dirigente Milagro Sala.