Jorge Ballestero le dijo adiós a su cargo en la Sala I de la Cámara Federal porteña. El magistrado se encontraba bajo investigación del Consejo de la Magistratura por presunto mal desempeño. La grave situación del tribunal por las vacantes.
En una breve nota y sin explicaciones, el camarista Jorge Ballestero presentó su renuncia tras haber pedido una licencia médica. La dimisión será efectiva a partir del 1º de junio y, según fuentes judiciales, el Gobierno la aceptará en los próximos días.
"Tengo el agrado de dirigirme al Señor Ministro con el objeto de presentar mi renuncia al cargo de juez de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital, con efecto a partir del 1 de junio del corriente año", informó Ballestero en una nota enviada al ministro de Justicia, Germán Garavano.
En un primer momento, el camarista requirió una licencia por "razones de salud" y “problemas coronarios”. Si bien en las últimas horas había evaluado diferentes alternativas, finalmente tomó la decisión de apartarse definitivamente del cargo y acogerse a la jubilación.
Así, el juez se aleja para siempre de la Sala I de la Cámara Federal, cargo que ocupaba desde octubre de 2008. Su renuncia se suma a las salidas de Comodoro Py del destituido Eduardo Freiler y de Jorge Farah, quien solicitó recientemente su traslado al Tribunal Oral en lo Penal Económico N°1.
El pedido de Farah fue aprobado por el Consejo de la Magistratura y se oficializará en los próximos días, con la publicación en el Boletín Oficial. Se espera que el juez Pablo Bertuzzi subrogue dicha vacante.
También está en camino la designación de Mariano Llorens, que concursó y espera acuerdo del Senado para ocupar la vacante que dejó el juez Gabriel Cavallo, en 2008.
Ballestero y Farah quedaron en el ojo de la tormenta luego de ordenar la liberación de los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa en una causa donde se investiga la supuesta evasión del impuesto a los combustibles de la petrolera Oil.
Sin embargo, la salida de Ballestero y Farah pone a una Cámara Federal en una situación insólita y preocupante a causa de la cantidad de vacantes, ya que, de momento, en el tribunal solo quedan los jueces Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia.
Ballestero y Farah quedaron en el ojo de la tormenta luego de ordenar la liberación de los empresarios Cristóbal López y Fabián de Sousa en una causa donde se investiga la supuesta evasión del impuesto a los combustibles de la petrolera Oil.
Ambos magistrados fueron denunciados por la diputada Elisa Carrió por presunto “mal desempeño de sus funciones”. La líder de la Coalición Cívica pidió al Consejo de la Magistratura que determine si la decisión judicial “pudo haber estado influida" por "intereses económicos".
"Solicito que se realicen las investigaciones necesarias a fin de establecer la posibilidad de que ese decisorio voto pudiera haber estado influido por razones que podrían estar vinculadas con intereses económicos del magistrado", sostuvo la diputada y, además, acusó a Ballestero por presunto enriquecimiento ilícito.
A esta denuncia se suma el pedido de ministros de la Corte Suprema de Justicia, quienes solicitaron que se arbitren los medios “a los efectos de iniciar una investigación acerca del procedimiento de integración de los magistrados de la Sala de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal Correccional Federal de la Capital Federal” y si “existió alguna irregularidad en esa conformación”.