Fuentes judiciales confirmaron que el Bertulazzi reconoció que era la persona buscada en Italia desde hace 22 años y admitió que había ingresado a la Argentina con un documento italiano que pertenece a su hermano, de nombre Alberto.
Este hecho, podría llevar a que Bertulazzi afronte -además del juicio de extradición- un proceso por falsificación de documento público, explicaron las fuentes a Diariojudicial.com.
Las fuentes confirmaron además que el prófugo de la justicia italiana ingresó a la Argentina por vía terrestre desde el sur chileno el último 11 de mayo, en compañía de una mujer de origen alemán, Betina Kopcke, quien también fue detenida ayer, en un procedimiento realizado en la Capital Federal.
En el juzgado de Bonadío confiaron que se informó a Alemania sobre la detención de la mujer e Interpol de ese país confirmó que no había causas en su contra, por lo cual sería puesta en libertad al caer la tarde de hoy.
Por su parte, Bertulazzi seguirá detenido en la División Unidad Antiterrorista de la Policía Federal, hasta que progrese el juicio de extradición.
Por ahora, las fuentes confirmaron que mañana mismo podría salir vía Cancillería la comunicación formal a la fiscalía de Génova encargada del caso, para que Italia remita las pruebas contra Bertulazzi, quien fue condenado en ausencia por los delitos de “co-atentado y secuestros de personas, asociación ilícita, tenencia ilegal de armas y falsificación de documentos”.
Las Brigadas Rojas a las que pertenecía el detenido tuvieron su época de oro en Italia en los 70 y 80, y luego fueron desarticuladas. Su acción más recordada fue el secuestro y asesinato del ex primer ministro y presidente democristiano Aldo Moro, en mayo de 1978.