Un Tribunal Oral condenó a nueve años de prisión a un hombre acusado de asesinar a su cuñado, de quien jamás fue hallado el cadáver. El fiscal se valió de una prueba de ADN del imputado para resolver el caso.
En la causa “GONZÁLEZ ARANDA, Del Pilar. Procesamiento. Homicidio simple", el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°10 consideró al imputado culpable del homicido de su cuñado, de quien jamás fue hallado el cadáver. Intervino en representación del Ministerio Público Fiscal el fiscal Oscar Ciruzzi, interinamente a cargo de la Fiscalía General N°10, quien había requerido una pena de 14 años de prisión, también por homicidio simple. Los jueces Alejandro Noceti Achával, Javier Anzoátegui y Silvia Mora unificaron esta condena con una anterior e impusieron una única de once años de prisión.
El fiscal hizo hincapié, como prueba ante la ausencia del cadáver, en un informe donde se analizaron las muestras de sangre encontradas en el contenedor y se las comparó con las que se les extrajo a la hermana de la víctima, cuyo resultado fue compatible con la existencia de vínculo de hermandad con una posibilidad superior al 99,99 por ciento.
Surge de los testimonios que el imputado conviví con su hermana y su cuñado (P.M). Que el imputado mató a P.M dentro del lugar donde ambos vivían, golpeándolo en su cabeza con un objeto contundente. El hecho habría sucedido entre el 26 y el 27 de enero de 2018. Además, la hermana del asesino afirmó que, al llamar al acusado luego de no tener noticias de su pareja por varios días, este le respondió: “lo mandé con su papá, vos cerrá la boca hasta morir”. Sabiendo que el padre de P.M había fallecido poco tiempo atrás, la mujer temió por la integridad física de su pareja, ya que, según manifestó, "su hermano es una persona agresiva".
Por otra parte, se ponderan los dichos del sobrino del imputado, quien manifestó que el 28 de enero pasado recibió un llamado telefónico de su tío, en el cual le refirió que no podía comunicarse con su hermana y que le comunicara el siguiente mensaje: “me mandé una macana, lo que pasó ya pasó, tuve una discusión con Pablino Martínez Gómez, la cagada ya está hecha” y sin darle otra explicación cortó.
Al día siguiente, el acusado volvió a comunicarse con su sobrino, le dijo que su hermana ya estaba enterada y frente a la interrogación que le hiciera el testigo sobre P.M, el imputado le contestó “está liquidado, ya se fue”.
Otro testimonio de una vecina manifiesta que en la madrugada del 29 de enero de 2018 observó a un individuo al lado de un contenedor de basura sobre la calle Fray Justo Santa María de Oro junto con una bolsa que “era muy pesada, debido a que le costaba mucho cargar[la]” y que el sujeto estuvo unos minutos alzando la bolsa hasta que logró arrojarla al contenedor, momento en el cual “se escuchó un ruido fuerte como si tiró algo pesado".
El fiscal hizo hincapié, como prueba ante la ausencia del cadáver, en un informe donde se analizaron las muestras de sangre encontradas en el contenedor y se las comparó con las que se les extrajo a la hermana de la víctima, cuyo resultado fue compatible con la existencia de vínculo de hermandad con una posibilidad superior al 99,99 por ciento.