Diego Armando Heredia (41) escuchó por segunda vez en su vida cómo un juez lo condenaba a la máxima pena que contempla el Código Penal. El magistrado Diego Flamant lo encontró culpable por el delito de portación de arma de guerra. Estableció una pena de 3 años y 8 meses de prisión por ese hecho. Pero al tener un fallo anterior a prisión perpetua, unificó ambas condenas y primó esa pena. Al ser reincidente, el juez anuló todos los beneficios que tenía Heredia, entre ellos el de salidas transitorias. Justamente violando una de estas salidas fue que lo recapturaron el 20 de diciembre pasado, cuando se encontraba circulando en una moto y portando una pistola calibre 40. Heredia había sido condenado a perpetua a mediados de 2004. Ahora cayó al activarse el protocolo de seguridad de los sistemas y guardias de barrio Dalvian, cuando el delincuente merodeaba los terrenos del complejo residencial, en el pedemonte, portando el arma. Al hombre lo habían encontrado culpable por el crimen del empresario Francisco Carrillo (65), ocurrido el 20 de noviembre de 2002 en el barrio Infanta de Las Heras, donde la víctima fatal comenzó a perseguir a ladrones que le intentaron robar a su hijo y terminó con un disparo en la cabeza.