La jueza de violencia familiar de Córdoba autorizó en una audiencia por videollamada a cuatro hermanos menores de edad, que vivían en un lugar de niños, a pasar el aislamiento con un matrimonio voluntario.
En autos “G., T. F. – B., A. E. – B. G., A. J. – G., A. E. – G., M. N. - Control de legalidad (Ley 9944 - Art. 56)”, la magistrada Soledad Vieites del Juzgado de Niñez, Adolescencia, Violencia Familiar y de Género de 1° Nominación de la ciudad de Córdoba autorizó que cuatro hermanos de 13, 10, 8 y 6 años, que vivían en el hogar San Marcos Sierra, pasen la cuarentena en la casa de un matrimonio voluntario.
La jueza mantuvo una audiencia por videollamada con los menores para conocer su opinión, y finalmente les otorgó el egreso provisorio del hogar de niños a la casa del matrimonio, con quienes han desarrollado un vínculo afectivo “sostenido y estable”. De esta forma, se suma a varias resoluciones adoptadas bajo modalidades digitales (videoconferencias o mails) en el marco del aislamiento obligatorio.
En los fundamentos de la resolución la jueza también refirió que los niños, desde hace un tiempo y hasta el confinamiento obligatorio, han mantenido encuentros y han compartido las fiestas de fin de año con este matrimonio voluntario de la Fundación Sierra Dorada, con quienes “han entrelazado un vínculo afectivo sostenido y estable”.
La medida también otorga al matrimonio la guarda judicial provisoria de los cuatro niños hasta tanto perdure la emergencia sanitaria dispuesta por Ley n.° 27.541.
La magistrada agregó que luego de declarada la emergencia sanitaria, el matrimonio de continuó comunicándose diariamente en forma telefónica con los niños y han manifestado telefónicamente su expresa voluntad de recibirlos en su hogar por el tiempo que dure la cuarentena.
En los fundamentos de la resolución la jueza también refirió que los niños, desde hace un tiempo y hasta el confinamiento obligatorio, han mantenido encuentros y han compartido las fiestas de fin de año con este matrimonio voluntario de la Fundación Sierra Dorada, con quienes “han entrelazado un vínculo afectivo sostenido y estable”.
“El aislamiento forzoso, sumado la ansiedad y el desborde que aquel acarrea; las tareas escolares que deben efectuarse de manera virtual; y las propias particularidades y complicaciones de cada niño y adolescente -signadas por el abandono, la violencia, y en muchos casos por severos problemas de salud y discapacidad-, destacan un contexto singular que exacerba la necesidad de una dedicación especial por parte de los docentes a cargo”, afirmó la jueza.