Afiliados de la Obra Social del Poder Judicial de la Nación se quejan a diario de las largas filas que deben soportar en la farmacia. Una de las obras sociales más prestigiosas del país, siempre tuvo en su farmacia social uno de sus puntos más flojos, con largas esperas. Con las restricciones por la pandemia, empeoró la situación, ya que hay personal perteneciente a grupos de riesgo o padres de hijos menores, que no pueden concurrir en forma normal, generando una merma en la plantilla. El horario de atención habitual hasta las 16 hs. se redujo, a raíz de la cuarentena y se atiende solamente a gente que haya llegado hasta las 14 hs. Esto ocasiona un cuello de botella que se nota desde hace varios meses, sumado a la falta de una buena organización. La farmacia redujo su atención solamente a la medicación para las patologías más graves y de alto costo cubiertas en un 100 % por la Obra social: oncología, dianetes y discapacidad y son justamente estos enfermos quienes deben esperar largas horas de pie en la calle ya que por la pandemia no es viable esperar dentro de la farmacia.
Quienes tienen la posibilidad de enviar un mensajero a retirar la medicación, se ven perjudicados por la burocracia ya que deben pedir un primer viaje para retirar el carné y la receta de su domicilio para luego pagar otro mensajero (que debe aguardar varias horas con el consiguiente costo para el afiliado), que retire la medicación y la lleve por fin a su destinatario.La digitalización mejoró la emisión de las recetas por parte de los médicos, pero esta farmacia aún sigue exigiendo la receta impresa y entregada en mano o en su defecto que enviada por mail para que la farmacia la imprima en el momento del retiro.
Debe tenerse en cuenta de que a pesar de que existen varias farmacias que atienden a los afiliados del Poder Judicial, esta medicación especial solamente puede obtenerse en la farmacia social. Los inconvenientes podrían resolverse o aunque sea mitigarse, generando un sistema de turnos on line y haciendo uso de las ventajas que puede aportar la tecnología si se tomaran previamente los pedidos en forma remota (por mail, chat o similar). Esto, además de reducir las colas interminables y el sufrimiento innecesario de los pacientes, redundaría también en un claro beneficio para el personal de la farmacia que trabaja a destajo en un ambiente cerrado.