El dato fue confirmado por el nuevo presidente del fuero, Pablo Gallegos Fedriani, que señalo que para llevar a cabo sus acuerdos deben utilizar una sala prestada de la Cámara en lo Civil y Comercial Federal.
En ese sentido, Gallegos Fedriani, indicó que actualmente en la Cámara tienen alrededor de 30 mil expedientes relacionados con el corralito, volumen que estimó supera ampliamente la capacidad edilicia que tienen destinada para guardar las causas que esperan por resolverse.
La situación que vive el fuero no es nueva, ya que durante la presidencia de Guillermo Galli, anterior presidente del fuero, se enviaron distintas notas a la Corte Suprema informando de la situación, pero las mismas nunca fueron respondidas de manera favorable desde el alto cuerpo de justicia a pesar de que siempre hubo promesas y compromiso de colaboración.
Fue precisamente a finales del 2002, el 26 de diciembre, durante los últimos días de Galli como presidente, cuando la Cámara por medio de una acordada dispuso que varios de los expediente fueran quedando en la Secretaria General, dado que la cantidad de almacenaje superaba varias veces la permitida.
Durante el año último fueron muchos los que se asombraron luego de una recorrida por las distintas salas de la Cámara; uno de ellos fue el propio Nito Artaza, que luego de recorrer el fuero quedó impactado al ver la cantidad de amparos que esperaban resolución adornando las instalaciones de la Cámara.
La falta de respuestas de la Corte al pedido de los camaristas se traduce en que posiblemente muchos de los reclamos devengan en abstracto dado el tiempo que pasará hasta que se comiencen a resolverlos.
La situación es aún más compleja si se tiene en cuenta que posiblemente este año lleguen al tribunal de alzada cerca de 150 mil expedientes lo que pondría a la cámara en una dura situación, similar a la que se vivió a mediados del 2002 en el máximo momento de tensión por las causas en contra de las normas restrictivas del PEN.
Lo que buscan desde la Cámara es que se logre habilitar una serie de salas de otros fueros con el fin de lograr aliviar el número y el trabajo de las cinco salas, que como están, se verían impedidas de resolver los temas en los plazos procesales estipulados.