El reconocido tratadista dialogó con Diario Judicial acerca de las transformaciones en el ejercicio profesional y el servicio de administración de justicia. Sostuvo que el eje del debate sobre las audiencias remotas debe centrarse en si la presencialidad física podría ser equiparada a una presencialidad en el ciberespacio, y si jueces van a poder resolver con ayuda de sistemas automatizados
“La cuestión a resolver no debería pasar por el incuestionable nivel constitucional de la oralidad, la inmediación, el contradictorio, la publicidad del juicio, sino que debería concentrar, en cambio, en otro tema: si la presencialidad física en una sala de audiencias podría ser legítimamente equiparada a una presencialidad en el ciberespacio a través de medios digitales” sostuvo Jose Ignacio Cafferata Nores cuando se le preguntó sobre la constitucionalidad de los juicios orales de forma remota.
En un reportaje con Diario Judicial El abogado y tratadista propició una regulación del Ciberjuicio penal como “juicio o procedimiento especial”, que sea “total o parcialmente no presencial” y aplicable a los supuestos excepcionales.
Cafferata Nores fue determinante en la idea de que el debate digital “llegó para quedarse”, ya sea de modo excepcional o general y se instalará definitivamente por sus ventajas, no sólo en materia presupuestaria sino en relación a la “comodidad” que implica respecto a los distintos operadores del sistema
El también ex vocal del TSJ, autor del recientemente lanzado “El Juicio Penal Digital”, manifestó su postura en relación a que es necesario establecer las pautas para la realización de los debates en el ciberespacio “cuando sea imposible proceder conforme al modelo presencial, por razones de fuerza mayor (como la pandemia) o cuando existiera consenso para ello entre todos los sujetos del proceso, o aun sin él, cuando se tratare de delitos de poca gravedad”
Para el autor, se deberá también adecuar en todos los supuestos las normas vigentes sobre “los actos procesales respectivos para su debido cumplimiento de modo no presencial, a través del uso correcto de una tecnología probadamente idónea”.
Más allá de ese aspecto, Cafferata Nores fue determinante en la idea de que el debate digital “llegó para quedarse”, ya sea de modo excepcional o general y se instalará definitivamente por sus ventajas, no sólo en materia presupuestaria sino en relación a la “comodidad” que implica respecto a los distintos operadores del sistema
En cuanto a la implementación de mecanismos de inteligencia artificial o automatización en el servicio de administración de justicia, el autor refirió que “puede terminar compartiendo con los jueces la tarea de juzgar”.
Además, insinuó que un primer paso para su aplicación podría ser experimentar en “casos rutinarios o sencillos” como ejecuciones fiscales, contravenciones o delitos menores, e incluso para cómputos de pena. Por el contrario, desalienta su uso cuando se trate de casos especiales o graves y cuando se tenga que resolver en temas donde haya teorías contradictorias,