La justicia porteña rechazó la medida interpuesta por un colectivo de padres y madres de niños en edad escolar que reclamaban una serie de medidas hasta que finalice la pandemia. "Las escuelas deben ser lo último en en cerrar", se resaltó en la sentencia.
El Juzgado de Primera Instancia del fuero Contencioso Administrativo, Tributario y de Relaciones de Consumo Nº 3 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires rechazó la medida cautelar solicitada por un colectivo de padres y madres de niños y niñas en edad escolar comprendida del sector primario e inicial.
Los demandantes solicitaron que hasta tanto se decrete el fin del DISPO en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, se ordene al gobierno que garantice: un real y efectivo acondicionamiento de los espacios edilicios de los establecimientos educativos; la correcta provisión de insumos de higiene; se erija un hábil e idóneo sistema de transporte; que se complete el retardado plan de vacunación que inocule en su totalidad al personal docente y no docente que expresamente haya indicado su voluntad.
El titular del organismo, Martín Converset, especificó que la Constitución de la Ciudad "asume la responsabilidad indelegable de asegurar y financiar la educación pública, estatal laica y gratuita en todos los niveles y modalidades, a partir de los cuarenta y cinco días de vida hasta el nivel superior, con carácter obligatorio desde el preescolar hasta completar diez años de escolaridad, o el período mayor que la legislación determine".
El fallo destacó que “han sido las autoridades locales, con conocimientos específicos en materia educativa y sanitaria, quienes han establecido la presencialidad plena, con excepcionales dispensas, y fijaron un nuevo protocolo para materialización".
Además, "organiza un sistema de educación administrado y fiscalizado por el Poder Ejecutivo que, conforme lo determine la ley de educación de la Ciudad, asegure la participación de la comunidad y la democratización en la toma de decisiones".
El magistrado también citó el informe de UNICEF donde se especificó que "es fundamental priorizar los esfuerzos para regresar a la educación presencial en las mejores condiciones posibles de seguridad en todas las escuelas del país". En caso de necesidad de confinamiento, UNICEF recomienda que las escuelas sean lo último en cerrar y lo primero en abrir cuando las autoridades comiencen a suprimir las restricciones.
“El impacto del cierre de las escuelas ha sido devastador a nivel mundial, afectando los aprendizajes, la protección y el bienestar de niños, niñas y adolescentes. La evidencia muestra que son los chicos y chicas más vulnerables quienes sufren las peores consecuencias”, sostuvo.
Converset remarcó que “no puede soslayarse que las eventuales contingencias de contagio en las escuelas pueden ser mitigadas con un estricto cumplimiento de protocolos, los que al día de la fecha, transcurridos meses desde el retorno a clases y casi dos años desde el comienzo de la pandemia; con las experiencias acumuladas por el GCBA, sus dependencias con conocimientos específicos y la sociedad toda, se estarían ejecutando en debida forma. Nótese que no hay elemento alguno arrimado en autos que permita siquiera presumir lo contrario”.