Dos Santos fue quien se comunicó en 1994 ante los consulados argentino, brasileño e israelí en Milán para denunciar la posibilidad de un atentado terrorista en la Argentina, poco antes que la sede de la Asociación Mutual Israelita (AMIA) se desplomara por el accionar de un coche bomba, dejando un saldo de 85 muertos y cientos de heridos.
Luego del atentado, cobró actualidad el anuncio de Dos Santos y al declarar ante el juez federal Juan José Galeano ratificó sus dichos, pero en una segunda audiencia, en Brasil, dijo que había inventado la historia para ganar notoriedad.
Dos Santos fue procesado por el juez federal Claudio Bonadio, quien lo consideró autor del delito de “falso testimonio agravado”, por el que está siendo juzgado, cuando ya lleva tres años y nueve meses de detención.
La defensa de Dos Santos intentó de manera infructuosa impugnar el juicio sosteniendo que “sus dichos nunca tuvieron la interpretación adecuada”, lo que fue rechazado por las querellas y la fiscalía que coincidieron en señalar que sus declaraciones habían sido “voluntarias”.
Los defensores señalaron que durante la declaración del presunto espía “nunca contó con una traducción oficial”, pero del otro lado respondieron que al presentarse ante los consulados para radicar su denuncia Dos Santos siempre habló en un perfecto castellano.
“Por ahora no, no se, depende de mi abogado”, respondió Dos Santos cuando se lo invitó a efectuar su descargo en el juicio, mientras miraba desconcertado a su abogado. La escena fue captada por el presidente del tribunal, Luis Di Renzi (los otros dos integrantes son Guillermo Madueño y Maria Roqueta) quien le señaló: “-Usted no puede hacer consultas”.
Fuentes judiciales estimaron al término de la audiencia que la negativa a declarar no obedeció a una estrategia previa, sino a desinteligencias entre Dos Santos y su abogado, por lo que no se descarta que mañana acceda a hacer uso de su derecho a defensa.