Como Dos Santos no abrió la boca en todo el juicio -quedan las últimas palabras, la semana que viene- sus abogados Sandra Balzano y Alberto Troncoso hablaron por él.
Según los defensores, Dos Santos no incurrió en "falso testimonio agravado" porque al momento de declarar ante la policía federal -donde habló de la operación terrorista- no era conciente que se trataba de un testimonio oficial, y creyó que formaba parte de un "diálogo informal."
Los defensores se ocuparon de señalar que Dos Santos tiene una personalidad "mentirosa" y "estafadora", y que en este caso pretendía sacarle dinero a un periodista brasilero de la revista Istoé, que lo acompañó en su contradictorio periplo por Buenos Aires.
Pero lo más difícil de encajar en el argumento defensista es otra cosa que ya se había probado en la causa AMIA y quedó ratificada en este juicio oral: la aparición de Dos Santos en un consulado argentino en Europa antes del ataque terrorista adelantando lo que sucedería.
Para los defensores, esa advertencia no fue más que "una profecía cumplida" que formaba parte del invento.
En cambio, para los acusadores las cosas son distintas. Las querellas de la AMIA y Familiares de las Víctimas pidieron 10 años de prisión para Dos Santos, el máximo que prevé el Código Penal argentino para el falso testimonio agravado.
"Con sus mentiras y conducta esquivas el señor Dos Santos se burló de la Justicia, se burló de la AMIA, se burló de los deudos de las víctimas, se burló de 85 personas que perdieron sus vidas. Por todos ellos y porque tenemos la convicción de que la condena del señor Dos Santos será un acto de justicia pedimos diez años de prisión", indicó Miguel Bronfman en el alegato de la AMIA.
Por su parte, la DAIA también cuestionó duramente el accionar de Dos Santos por su dichos en Europa, que resultaron ciertos tras una pesquisa que demoró años, justamente por la marcha atrás del brasileño. Sin embargo, la abogada Marta Nercellas, pidió una condena de 8 años y medio, al valorar como un atenuante que "quiso prevenir" el ataque cuando advirtió la proximidad del mismo a una diplomática argentina que no le prestó atención.
También hubo duras críticas a la diplomacia argentina que desoyó la advertencia y advirtieron que la cónsul argentina en Milán, Norma Fassano habría tenido expresiones que rozarían lo "discriminatorio" cuando intento justificar, en una conversación telefónica con un miembro de la SIDE, por qué no prestó atención a la advertencia del brasileño.
Por su parte, el fiscal Ernesto Rizzi entendió que el imputado mintió tanto cuando anunció el ataque como al desdecirse. "Ha mentido y ha mentido siempre. Fue un acto de absoluta maldad calamitosa imposible de soslayar y es indudable que debe ser sancionado (porque) más que a la Justicia la burla ha sido a la Nación", aseguró el fiscal.
Para el fiscal Dos Santos fue "un trotamundos vividor que no hizo otra cosa que vivir de lo que podía rapiñar", pero más allá de las críticas, Rizzi exigió sólo cinco años y 9 meses de prisión. Una pena que, de ser ratificada por el Tribunal, lo dejaría en libertad en poco tiempo, ya que está detenido desde el año 2000.
El próximo martes los jueces Luis Di Renzi, María del Carmen Roquetta y Guillermo Madueño darán a conocer el veredicto. Además, le permitirán a Dos Santos decir las "últimas palabras". Serían, en rigor, las primeras, porque hasta ahora el brasileño se mantuvo hermético. Lo contrario a lo que esperaban los familiares de las víctimas de la AMIA, que mantuvieron hasta último momento la esperanza de que Dos Santos brindara más información sobre la trama del atentado.