Tal afirmación se desprende de un pronunciamiento del juez federal de Los Angeles Stephen Wilson, quien usó tales consideraciones en el fallo en donde desestimó un pedido para que se cerraran dos sitios de web que permiten el intercambio de canciones.
La medida en contra de los sitios “Grokster” y “Morpheus”, había sido presentada por sellos discográficos y estudios de cine que buscaban que la justicia dejará sin efecto la descarga ilegal de su material.
Pero cuando el caso llegó a los estrados judiciales el magistrado estimó que los dos servicios no deberían ser cerrados porque ellos no pueden controlar lo que se intercambia en su sistema.
Al justificar tal posición, que generó varias criticas de los demandantes, Wilson opinó que “como una videograbadora, el software podría ser usado para propósitos legítimos así como para el tráfico de canciones y películas protegidas”.
Al realizar el pronunciamiento, el juez recordó que la Corte Suprema estadounidense de 1984, que estableció que las videograbadoras no deberían ser ilegales porque pueden ser usadas con propósitos legales, y agregó que entonces “los servicios de intercambio de archivos por Internet no deberían cerrarse aunque sus usuarios, ciertamente, intercambian música y películas protegidas”.
Desde, la asociación de la industria discográfica estadounidense se adelantó que apelarán el fallo, ya que hasta ahora, la industria del entretenimiento había disfrutado de una serie de victorias judiciales en su búsqueda por acabar con los ampliamente populares servicios de intercambio de archivos por Internet.