En un reclamo por alimentos, la Cámara en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería de Neuquén destacó la revalorización del “deber de asistencia” en época de pandemia. "Es fundamental para sobrellevar la crisis", indicó el fallo.
En los autos “H.C.B.KC/ C.F.ES/ Inc. Apelación”, la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería de Neuquén, integrada por Marcelo Juan Medori y Fernando Marcelo Ghisini, destacaron la revalorización del “deber de asistencia y su efectivización” durante a pandemia.
El demandado interpuso un recurso de apelación contra la resolución que fijó una cuota alimentaria provisoria a su cargo y a favor de su hija mayor de edad que estudia por la suma de $8.000. Así pidió que se revoque al entender que no se acreditó prima facie la necesidad de alimentos, ni que esté imposibilitada de trabajar, como la continuidad académica.
La joven obtuvo el reconocimiento filial paterno ya próxima a cumplir los 15 años como resultado de haberse instado un proceso judicial de filiación por el que su progenitora debió concurrir a los tribunales de esta ciudad de Neuquén, y más tarde se fijó en forma definitiva una cuota alimentaria del 25% de los haberes del alimentante.
En 2019, la actora consintió que se reduzca al 17%, al tomar conocimiento y valorar la situación por la que su padre abonaba “otras dos cuotas alimentarias a favor de sus hermanos”.
En este escenario, el Tribunal destacó la implementación de distintas restricciones derivadas de la pandemia de coronavirus, que impuso una revalorización del “deber de asistencia y su efectivización”.
“El deber de asistencia asume una importancia vital ante el conflicto que el COVID-19 presenta a la familia. El deber de asistencia surge del matrimonio y de los nexos familiares; y es una consecuencia de la comunidad de vida familiar que exige una continua colaboración tanto en el ámbito personal como en el económico. La causa-fuente del deber de asistencia está en el matrimonio, en las relaciones de parentesco y en las de filiación”, explicaron los jueces.
Y añadieron: “Desde el punto de vista personal genera la obligación de ayudar y auxiliar al otro en las dificultades de la vida; y nunca, como en momentos de pandemia, este deber se ha puesto más de relevancia”.
Para los camaristas, “resulta indiscutible que la asistencia que se brindan los cónyuges, los padres a los hijos, y los hijos a sus mayores es fundamental para sobrellevar la crisis”.
Respecto al impacto de la pandemia en las trayectorias, los aprendizajes y las desigualdades educativas, los jueces advirtieron que “durante el 2020, 4 de cada 10 jóvenes tuvieron bajo o nulo vínculo con sus docentes: no recibían tareas o lo hacían una sola vez por semana y sin devolución. En el primer semestre de 2021, hubo semanas en las que 9 de cada 10 estudiantes no asistían a las aulas. Adicionalmente, se incrementó el tiempo que los jóvenes dedican al trabajo, ya sea en el hogar o fuera de él, debido a la pérdida de ingresos de los hogares”.
Y concluyeron: “Actualmente, el país no cuenta con una evaluación que permita conocer con precisión el nivel de aprendizaje de los estudiantes en este nuevo contexto. Sin embargo, es altamente probable que estemos en un escenario de menores aprendizajes respecto de los esperados en circunstancias normales”.