La Sala I de la Cámara de Casación y Apelaciones en lo Penal, Penal Juvenil, Contravencional y de Faltas de la ciudad de Buenos Aires, integrada por Elizabeth A. Marum y Marcelo P. Vázquez, confirmó una resolución de grado en cuanto dispuso la liberación de varios ejemplares de aves pertenecientes a la fauna silvestre.
En primera instancia se había hecho lugar a lo peticionado por el fiscal Carlos Fel Rolero Santurian y se ordenó la liberación de un ejemplar de Tordo chopi (Gnorimopsar chopi), dos ejemplares de Cardenal copete rojo (Paroaria coronata) y un individuo de Urraca común (Cyanocorax chrysops). En el caso se advirtió que “prolongar su liberación implicaría un tiempo desaprovechado en el cual dichas aves podrían mejorar notablemente sus condiciones de vida”.
A su vez, la Unidad de Proyectos Especiales del Eco Parque Interactivo porteño informó que las aves en cuestión actualmente se encontraban libres de sinología sugerente de enfermedades infectocontagiosas y en buenas condiciones físicas y comportamentales, lo que hace viable su liberación.
Los animales fueron hallados en jaulas sin dimensiones adecuadas para garantizar el libre movimiento, completamente faltas de higiene, sin agua a disposición y comida insuficiente, todo ello en detrimento directo a las condiciones que hacen al bienestar animal. A su vez, se pudo comprobar que la mayoría de las aves presentaban alteraciones en su plumaje, faltando en varios las plumas de la cola, primaria de las alas, pérdida de los ojos con infecciones sin ningún tratamiento veterinario.
“En lo esencial, la especialista indicó que era menester avanzar con el traslado y su liberación, los cuales ya no debían ser siendo mantenidos bajo el cuidado humano ya que ello implicaba desaprovechar el tiempo en el cual las aves podrían haber mejorado notablemente las condiciones relacionadas a su bienestar”, señalaron los camaristas y agregaron que dichos animales “tienen que tener acceso a un hábitat donde puedan desarrollarse de manera plena acorde a sus necesidades”.
En este contexto, el tribunal resaltó que los pájaros secuestrados quedaron, durante más de un año, bajo el cuidado de centros especializados que se ocuparon de su resguardo y recuperación, pero algunos ejemplares -que llegaron en un mal estado de conservación de su salud- fallecieron.
“En lo esencial, la especialista indicó que era menester avanzar con el traslado y su liberación, los cuales ya no debían ser siendo mantenidos bajo el cuidado humano ya que ello implicaba desaprovechar el tiempo en el cual las aves podrían haber mejorado notablemente las condiciones relacionadas a su bienestar”, señalaron los camaristas y agregaron que dichos animales “tienen que tener acceso a un hábitat donde puedan desarrollarse de manera plena acorde a sus necesidades”.