La medida la tomó el juez Brock Hornby, quien por medio de 51 páginas, le puso fin a un caso que comenzó en 1996, cuando fiscales de los Estados Unidos iniciaron una investigación para determinar si distribuidores y minoristas habían conspirado para inflar los precios de los compactos.
La decisión recayó sobre los sellos Sony Music Entertainment Group, EMI Music Distribution, Warner-Elektra-Atlantic, Universal Music Group and Bertelsmann Music Group, y las cadenas minoristas Tower Records, Musicland Stores y Transworld Entertainment.
Para el juez con ese acuerdo, se pondrá dinero en efectivo en las manos de millones de consumidores como así también discos compactos de música en bibliotecas y escuelas en todo el país, a la vez que garantizará que las prácticas cuestionadas de distribuidor/minorista no se reanuden".
Asimismo, el magistrado le pidió a los abogados de las partes que le presenten un informe a fin de mes acerca de cuánto costará distribuir los cheques y por cuánto será cada cheque aproximadamente.
Cuando se inició la causa la demanda fue firmada por fiscales de 43 estados y territorios de los EEUU y radicada en la ciudad de Portland en donde se acusó a las grandes firmas discográficas y los grandes minoristas que enfrentaban competencia de cadenas de descuento como Target y Wal-Mart de conspirar para mantener precios mínimos de los discos.
Al parecer unos 75 millones de dólares serían distribuidos en la forma de 5,6 millones de discos compactos, que serán enviados a bibliotecas y escuelas de todo el país.
El acuerdo de dinero efectivo propuesto alcanza los 67 millones de dólares, de los cuales 44 millones en dólares serán distribuidos al público. El dinero restante será para cubrir los costos de distribución y los honorarios legales.