La Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería de Neuquén confirmó el rechazo a la demanda impulsada por un trabajador, quien fue despedido tras realizar un viaje de más de 600 kilómetros cuando se encontraba enfermo y el médico tratante le había indicado reposo.
El hombre se encontraba bajo licencia por enfermedad, pero la firma descubrió que se encontraba prestando tareas para otra empresa por lo que se le comunicó que dicha conducta era una injuria grave que impide la prosecución del vínculo laboral en los términos del artículo 242 de la ley de Contrato de Trabajo.
Según se desprende de la causa, el hombre se encontraba con reposo médico pero realizó un viaje a más de 600 km del lugar habitual de su residencia, para retirar un vehículo por cuenta y orden de otra empresa, distinta de la empleadora.
En este escenario, los jueces Patricia Clerici y José Noacco confirmaron la decisión de grado que rechazó la demanda al entender que “se entiende que la prescripción medica de reposo es para permitir el restablecimiento de la salud y debe ser cumplida en el ámbito del hogar; sino también, porque tal conducta es un incumplimiento para con la demandada configurando una injuria de tal gravedad que no admite la continuidad de la relación laboral con el trabajador”.
Para los camaristas, "más allá del esfuerzo físico que desarrollara el trabajador en uno y otro empleo –circunstancia que entiendo irrelevante para la resolución de la apelación-, existe una abierta violación al principio de buena fe establecido en el artículo 63 de la LCT por parte del actor, en tanto para un empleador –la clínica demandada- alegaba no poder cumplir con su débito laboral en razón de encontrarse enfermo –percibiendo sus salarios en uso de licencia por enfermedad inculpable-, mientras que para el otro empleador sí prestaba servicios".
“La injuria no supone necesariamente un daño a los intereses patrimoniales de empleador pues basta con que lo sea a los puramente morales. Los buenos antecedentes del dependiente no excluyen la legitimidad de la causal de su cesantía, porque el acto único determinante de la medida dispuesta basta para justificarla cuando evidencia una actitud de infidelidad hacia el empleador, incompatible con las exigencias que debe caracterizar la relación de trabajo", añadieron.
Para los camaristas, "más allá del esfuerzo físico que desarrollara el trabajador en uno y otro empleo –circunstancia que entiendo irrelevante para la resolución de la apelación-, existe una abierta violación al principio de buena fe establecido en el artículo 63 de la LCT por parte del actor, en tanto para un empleador –la clínica demandada- alegaba no poder cumplir con su débito laboral en razón de encontrarse enfermo –percibiendo sus salarios en uso de licencia por enfermedad inculpable-, mientras que para el otro empleador sí prestaba servicios".
Y concluyeron: "Si se está enfermo, y el médico tratante indica reposo laboral, esta imposibilidad de desarrollar las tareas laborales rige para todos los ámbitos, sin importar de qué empleador se trata, o del tipo de actividad que se cumple.”