En la causa “M., A. M. y otro s/ estafa”, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional revocó la falta de mérito para procesar o sobreseer un hombre imputado por querer utilizar dos cheques robados para comprar mercaderia. Además, dispuso el embargo de los bienes.
En la causa, la víctima denunció que, entre el 30 de octubre y el 7 de noviembre de 2023, desaparecieron dos cheques que contenían sus rúbricas de su oficina.
Días después, el banco “Credicoop Cooperativo Ltdo.” le hizo saber que dos de esos cartulares fueron presentados al cobro, por dos millones de pesos cada uno, aunque las operaciones no se concretaron por el aviso de extravío que había efectuado el querellante.
“Cabrá encuadrar el hecho en la hipótesis de estafa cuando la entrega de los cheques, independiente o conjuntamente con el resto de las circunstancias que lo hubieran acompañado, aparece como el ardid o engaño determinante de la respectiva contraprestación patrimonial", explicaron los camaristas.
Tras el rastreo de los documentos, el imputado reconoció que tuvo en su poder los cheques cuestionados, pero adujo que se los había entregado a otra persona para que los presente en la entidad financiera “Baires” a cambio de $20.000.
Sin embargo, para los jueces, “su descargo carece de respaldo pues no acompañó constancia alguna que acredite el intercambio de mensajes o llamadas con quien supuestamente le habría encomendado la tarea, así como tampoco la documentación que le habrían suministrado por las notas de crédito”.
El Tribunal integrado por Ignacio Rodríguez Varela y Julio Lucini entendió que lo expuesto es suficiente para afirmar que el acusado utilizó los cheques suscriptos por el demandante, luego de consignar o hacer completar a un tercero su contenido, para intentar engañar a los empleados de una empresa a fin de que le den la materia prima que comercializaban.
Dicha maniobra se vio frustrada por “cuestiones ajenas a su voluntad, lo que se ajusta a las previsiones de los artículos 42 y 172 del Código Penal”, remarcaron los magistrados.
“Cabrá encuadrar el hecho en la hipótesis de estafa cuando la entrega de los cheques, independiente o conjuntamente con el resto de las circunstancias que lo hubieran acompañado, aparece como el ardid o engaño determinante de la respectiva contraprestación patrimonial", explicaron los camaristas.
En esa línea, la Cámara dictó el procesamiento por estafa del imputado y ordenó trabar un embargo de sus bienes por la suma de un millón de pesos.