De la Corte deberá elegirse en el segundo
semestre de este año cuando se cumplan los tres años de Nazareno al frente del máximo tribunal. Por eso, sus adversarios internos le atribuyen esta táctica negociadora con el gobierno para ser reconocido como la mejor garantía de
continuidad. En esta carrera, son varios los que quieren probar ese sillón, que aunque su voto vale igual al de los restantes 8, tiene sus ventajas: la primera y excluyente es la presidencia del Consejo de la Magistratura y la segunda es el cuarto lugar en la sucesión presidencial. Si bien nadie sueña con eso, el presidente de la Corte siempre tiene un mayor
handicap político que los demás ministros. De todos modos, en una reservada mesa en Puerto Madero, entre un influyente de la Corte y dos periodistas se llegó a la conclusión de que si no
es Nazareno, los aspirantes con posibilidades reales no superan el par. Para estos informados, quien cuenta con más posibilidades sería uno de los jueces que sin ser radical tuvo vasos comunicantes muy intensos con sectores de poder de este partido.
hugo morales / dju
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