Así se lo vio al juez Kiper por el ya famoso proyecto de ley de subrogancias para el Poder Judicial, que según sostiene, solucionaría todos los problemas actuales derivados de la existencia de aproximadamente 80 vacantes. Protesta porque el proyecto no es tratado por los restantes miembros del Consejo de la Magistratura pese al fuerte interés de Gil Lavedra en buscar una salida al empantanamiento en que se encuentran las designaciones. Al parecer, como lo notó esta columna en cercanías de su entorno, uno de los más firmes opositores sería otro consejero, quien por razones de “interna” cela del reconocimiento que se generaría a favor de su colega. Para colmo, los secretarios esperan con ansias que el Consejo reglamente un régimen de subrogancias, que aunque sea transitoriamente, les permita ascender y adquirir más experiencia. Veremos que pasa.
hugo morales / dju
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