Luego de presentar su renuncia a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Manuel García-Mansilla presentó un escrito de 35 páginas ante el Senado donde criticó su labor por la demora en el tratamiento y el posterior rechazo de su pliego el pasado 3 de abril. Además, buscó aclarar sus dichos en la Audiencia Pública respecto a ser designando por decreto.
"Tengo la obligación de colaborar con este proceso y su perfeccionamiento a futuro”, dijo García-Mansilla y afirmó que durante el tratamiento de su pliego hubo “falsedades e irregularidades reglamentarias contenidas en los dictámenes favorables presentados”.
El jurista argumentó que aceptó el nombramiento por decreto ya que “luego de transcurrido casi un año desde que se anunciaron las nominaciones sin un avance concreto, transcurrido también todo el año legislativo y, además, las sesiones extraordinarias convocadas para enero de 2025, en donde estaba incluido el tratamiento de los pliegos, entendí que estaba obligado a aceptar el nombramiento en comisión”.
García-Mansilla apuntó directamente contra los senadores que firmaron el dictamen para que su pliego pueda ser debatido en el recinto, donde finalmente fue rechazado, y aseguró que “pretendieron instalar la idea de que engañé o mentí al Senado en la audiencia pública”.
Acusado de haber dicho que nunca asumiría por decreto durante la defensa de su pliego, García-Mansilla explicó que “ese día, en respuesta a una pregunta específica de la senadora Anabel Fernández Sagasti, fue una reflexión en retrospectiva sobre el decreto 83/15, dictado en 2015. Allí dije que no hubiera aceptado un nombramiento en comisión y aclaré que esa reflexión la hacía “con el diario del lunes”.
El jurista argumentó que aceptó el nombramiento por decreto ya que “luego de transcurrido casi un año desde que se anunciaron las nominaciones sin un avance concreto, transcurrido también todo el año legislativo y, además, las sesiones extraordinarias convocadas para enero de 2025, en donde estaba incluido el tratamiento de los pliegos, entendí que estaba obligado a aceptar el nombramiento en comisión”.
“Lo contrario hubiera implicado que la Corte Suprema se mantenga con tres integrantes varios meses y con un riesgo evidente de parálisis a futuro. ¿Había que esperar a que alguno de los tres jueces que integran la Corte Suprema con acuerdo del Senado tuviera algún inconveniente que le imposibilitara, sea de forma temporaria o permanente, cumplir con sus obligaciones para recién ahí considerar válida una herramienta de excepción como es el nombramiento transitorio en comisión previsto en el art. 99, inc. 19 de la Constitución? Yo creo que no”, agregó al respecto.
Para el exjuez, el accionar del Senado “afectan la seriedad del procedimiento, erosionan la institucionalidad y podrían sentar un precedente negativo para futuras audiencias, especialmente por haber utilizado como fundamento exclusivo para el rechazo una tergiversación y manipulación de una respuesta”.
En ese marco, advirtió que juzgar a un candidato a juez de la Corte Suprema por una sola de sus respuestas a lo largo de varias horas de audiencia es un error que perjudicaría al propio Senado en el futuro: “en las próximas audiencias públicas, los nuevos candidatos evitarán explayarse para impedir que una respuesta abierta como la que di les termine jugando en contra, a través de un recorte, de una tergiversación o, simplemente, de un malentendido”.
Al finalizar, García-Mansilla dijo que “muchos de estos mismos senadores, que buscaron todo tipo de artilugios para incumplir con el Reglamento para que el pliego fuese tratado por el pleno, fueron los mismos que días más tarde realizaron exposiciones grandilocuentes ufanándose de ser quienes comparecían ante la ciudadanía como los paladines que defendían las instituciones, la Constitución, y la República”.