El abogado Manuel García-Mansilla defendió este miércoles su postulación por parte del Poder Ejecutivo para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación ante la Comisión de Acuerdos del Senado y resaltó su trayectoria educativa, laboral y académica.
El actual decano de Derecho en la Universidad Austral comenzó su discurso resaltando que comenzó su carrera “desde lo más bajo, hasta litigar en el sistema internacional de derechos humanos ante una nación extranjera”.
García-Mansilla planteó que “a diferencia de los jueces, los legisladores pueden apelar a sus convicciones morales y la necesidad de atender reclamos sociales para modificar leyes como crean conveniente, en el marco del respeto irrestricto de la Constitución”.
"Sobre la legalización del aborto expliqué que debía distinguirse entre despenalización y legalización. A partir de eso confronté el artículo cuarto de la ley con ciertas normas de derecho positivo y marqué un conflicto entre normas de distinta jerarquía", sostuvo durante la audiencia.
“Eso mismo ocurre con los constituyentes; pero los jueces no pueden hacer eso en una sociedad democrática, respetuosa del principio de la soberanía del pueblo y la forma representativa de gobierno”, señaló, para remarcar nuevamente: “No pueden hacer eso en ningún caso. Tienen la función principal de resolver causas judiciales concretas, respetando siempre el texto y la estructura de la Constitución con todas sus reformas y no apelando a sus convicciones personales, sean de índole moral, política y religiosa, aun cuando crean de buena fe que van a servir mejor a la sociedad”.
Para García-Mansilla un buen juez “solo puede administrar justicia en el marco de lo previsto en el juramento ordenado por el artículo 112 de la Constitución Nacional. Este juramento exige que la administración de justicia en cada jurisdicción se haga bien y legalmente en conformidad con lo que prescribe la Constitución. Que es administrar justicia bien, hacerlo de forma independiente, imparcial, sin favoritismo, sin prejuicio ni animosidad en contra de las partes"
“Los fundamentos de sus sentencias deben respetar y hacer respetar el estado de derecho, la seguridad jurídica a través de una aplicación seria y meditada de nuestra norma suprema, la Constitución, en cada uno de los casos que les toque resolver”, agregó al respecto.
El académico aseguró que su mayor aspiración es “la de servir a mi país de tal manera que al momento de terminar con esas funciones, mis compatriotas me recuerden como un juez que cumplió con sus deberes constitucionales y que obró siempre con integridad, independencia e imparcialidad”.
Consultado por la falta de paridad de género en la Corte, el letrado dijo: “en mi caso particular, mi nominación a la Corte Suprema no reemplaza a una mujer y por eso entiendo que no estoy inhibido de aceptar la nominación”.
A diferencia de Ariel Lijo, que defendió su pliego la semana pasada, García-Mansilla enfrenta un escenario complicado, no solo por las impugnaciones que recibió, sino también por la ausencia de respaldo explícito de sectores clave dentro del Senado. La audiencia se centró principalmente en su postura pública en contra de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo y su interpretación de los tratados internacionales con rango constitucional.
"Sobre la legalización del aborto expliqué que debía distinguirse entre despenalización y legalización. A partir de eso confronté el artículo cuarto de la ley con ciertas normas de derecho positivo y marqué un conflicto entre normas de distinta jerarquía", sostuvo durante la audiencia.
García-Mansilla, de 53 años, es un reconocido jurista con una sólida formación en derecho constitucional y una destacada carrera académica. Actualmente, se desempeña como decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Austral, y ha sido autor de numerosos artículos sobre la interpretación constitucional.