Con relación al primer interrogante, el voto mayoritario sostuvo que “la validez del cheque librado con ausencia del requisito esencial de indicar la fecha, sólo puede ser apreciada al tiempo que se ejerza su presentación al cobro”. Esa es la respuesta que corresponde acordar frente a la contrariedad que se pretende hacer derivar del texto de la ley, sostuvieron.
“De la fórmula escogida por el legislador en cuanto al momento en que debe verificarse la concurrencia de los elementos esenciales de cheque, se colige que la ley no exige que tales elementos se encuentren integrados cuando el documento es creado, o cuando es librado, sino que los mismos deben encontrarse insertos en el formulario del cheque en el momento de su presentación al cobro,...” agregaron.
Señalaron que la ley 24.452 admite la posibilidad de que se libre un cheque incompleto, al consignar en su art. 8° que: "Si un cheque incompleto al tiempo de su creación hubiese sido completado en forma contraria a los acuerdos que lo determinaron, la inobservancia de tales acuerdos no puede oponerse al portador, a menos que éste lo hubiese adquirido de mala fe o al adquirirlo hubiese incurrido en culpa grave".
De la interpretación armónica de las normas en juego la mayoría se inclinó por la negativa del primer interrogante, posición que fue avalada por los votos de los camaristas Tragant, Riggi, Mitchell, Hornos, Durañona y Vedia, Berraz de Vidal, Madueño, y Fégoli. En contraposición se manifestaron los vocales Catucci, David, Basavilbaso y Bisordi
En la minoría –respecto del primer interrogante- se expresó que nuestra legislación comercial fue inspirada en la Ley Uniforme de Ginebra conforme a la cual el cheque emitido sin fecha es nulo.
Y que a diferencia de la indicación del lugar de creación, que es requisito natural, la fecha es de carácter esencial ya que tiene importancia a los efectos de establecer la capacidad del librador y la fecha de presentación y el comienzo del término de prescripción de las acciones cambiarias.
Precisaron que “el bien jurídico que la ley penal preminentemente trata de proteger es la fe pública, y tratándose de un delito contra la confianza colectiva es esencial el estricto cumplimiento de las formas que hacen surgir esa especial confianza generalizada...”
En relación al segundo interrogante el voto mayoritario expresó que “El aviso del rechazo de las órdenes de pago, dirigido al domicilio registrado en la sede bancaria por el librador y no recibido por éste, tiene inequívoca relevancia a los fines del elemento integrador del tipo delictivo -comunicar el rechazo del cheque al librador-, pues sostener lo contrario sería respaldar o avalar la renuencia de éste, que con sólo ocultarse, abandonar, mudarse o hacerse negar en el domicilio constituido dejaría a la acción despojada de la ejecutividad por su sola e incoartable voluntad como autor del hecho” lo que lo convertiría en dueño de su imputabilidad.
Agregaron que “conforme con el texto de la ley, no es necesario que la intimación de pago sea entregada personalmente al librador, sino que sólo se exige para tener por cumplido el requisito legal, que se ponga al librador en condiciones razonables de enterarse de la suerte corrida por los cheques por él librados”.
Esta postura fue avalada por los vocales Tragant, Riggi, Mitchell, Hornos, David, Berraz de Vidal, Madueño.
Por su parte –en minoría- los camaristas Catucci, Bisordi Basavilbaso Durañona y Vedia, Fégoli expresaron que el requisito razonable para tener por acreditado el conocimiento por parte del deudor de la interpelación no se da entre los extremos de la alternativa sometida a debate plenario sino en una razonable consideración de las constancias causídicas.